El “espíritu de Atocha”

1977/2025: el legado de los Abogados, más necesario que nunca

Se ha levantado una mañana un tanto grisácea este 24 de enero de 2025. La niebla tenue cubre todo el sur de Madrid, y, aunque no llueve, el orballo y la grisura nos sume a todos en una pesada tristeza. Caminamos por los senderos del cementerio Sur, y daría igual que fuese 2025 o 1977, es un tiempo y un lugar abstracto, irreal, universal. Tan universal como cualquier camposanto. Una nutrida comitiva, silenciosa, rinde homenaje y deposita coronas en dos tumbas, las de Francisco Javier Sauquillo y Enrique Valdelvira, abogados de Atocha.  

Alejandro Ruiz-Huerta es un superviviente de la masacre y preside la Fundación Abogados de Atocha. Ante la tumba de Sauquillo dice: “Era el hombre de la palabra exacta”. Se acerca a la de Enrique Valdelvira y casi se rompe de emoción. El hijo de Enrique Valdelvira, Iván, ha muerto este diciembre de 2024 a una edad temprana en la que nadie debe morir. 48 años después de aquel crimen, Alejandro está devastado porque de la segunda generación de Atocha, la de los hijos que aprendieron a sangre y fuego sobre el compromiso de sus padres, ya falta uno.

“Necesitamos beber desesperadamente de ese idealismo”

Iván tenía diez meses cuando mataron a su padre y, antes de morir, dejó escrito esto:

“No tengáis miedo ni penséis que cuando erais jóvenes erais unos ingenuos idealistas, porque nosotros necesitamos beber desesperadamente de ese idealismo que nos despertó de la gran noche de la dictadura. Para que no nos despertemos un día y nos demos cuenta de que estamos encerrados en otra prisión que ha construido nuestra desidia”.

El cuerpo de Enrique Valdelvira cayó sobre Alejandro Ruiz Huerta cuando aquellos pistoleros de extrema derecha entraron a terminar no solo con la vida de cinco personas, sino con las ansias de dignidad y libertad de los trabajadores y trabajadoras que cada día pasaban por aquel despacho de Atocha, 55. Enrique murió y Alejandro sobrevivió. Y si homenajeamos cada 24 de enero a los Abogados de Atocha es porque no queremos que la desidia, como bien decía Iván Valdelvira, nos haga bajar los brazos.

Luis Javier Benavides, Serafín Holgado, Ángel Rodríguez, Javier Sauquillo, Enrique Valdelvira, Miguel Sarabia, Luis Ramos, Dolores González, Alejandro Ruiz Huerta. Hay que decir sus nombres despaciosamente, los de los muertos y heridos de la masacre de Atocha, porque así cobra sentido la historia.  Cada año CCOO y la Fundación Abogados de Atocha pronuncia sus nombres. Se recuerda un asesinato, sí. Para qué recordar, se preguntarán algunos, un hecho tan luctuoso, tan duro. Hay que recordar y defender día tras día el “espíritu de Atocha” en el que la dignidad, la libertad, los derechos y la democracia se peleaban día tras día, hora a hora, escrito a escrito, demanda tras demanda, buscando los resquicios de las leyes franquistas, intentando minar el muro autoritario.

Ningún abogado que defienda a un violador es sospechoso de ser un violador. Pero si una mujer defendía a un comunista, sospechaban que eras comunista

Manuela Carmena en el 48 homenaje a los Abogados de Atocha

Guiomar Sarabia: “El recuerdo colectivo no tiene sentido si no es por la lucha”

La hija de Miguel Sarabia, Guiomar, tenía 11 años cuando su padre murió. Hoy ha venido a rendir homenaje a los abogados fallecidos. El padre de Guiomar, también abogado, militante del PCE y de CCOO, sobrevivió a los tiros, pero le cambió el carácter, le sumió en pesadillas… y no por ello dejó de luchar ni su militancia. “Hay un recuerdo personal, de cada uno de nosotros, pero el recuerdo colectivo no tiene sentido si no es por la lucha”, sostiene Guiomar, “la historia es terriblemente cíclica, y ahora vivimos un retroceso”. Su padre murió en 2007, probablemente con las heridas físicas curadas. Las psíquicas no curaron nunca.

Con su vida, las compañeras de los abogados masacrados representan, heredan y se encargan de testimoniar unos ideales que, coinciden, no dejan de estar vigentes en los tiempos que corren. Tiempos de mentiras, de bulos, de negacionismo histórico y blanqueamiento de la extrema derecha. Manuela Carmena, Cristina Almeida, Paquita Sauquillo y Alejandro Ruiz Huerta compartieron mesa redonda y hablaron del presente y su ineludible relación con el pasado. En el auditorio Marcelino Camacho no cabía un alma más y se escuchaba a “las abogadas” con emoción. “Necesitamos tener el orgullo de que fuimos determinantes en la consecución de la democracia”, aseguró Manuela Carmena,  que prosigue, “en un Madrid en el que se pudo perpetrar aquella brutalidad, la ciudad fue capaz días después de protagonizar una multitudinaria y silenciosa manifestación de repulsa”.

Cristina Almeida afirmó que si los abogados del 77 hubieran trabajado con las leyes franquistas, “no habrían dado palo al agua” y que “para defender a los trabajadores, a los huelguistas, a los presos políticos había que ser muy buen abogado, y nosotros fuimos los mejores, había que buscar los resquicios de las leyes de la dictadura”. En los despachos de Atocha, El Españoleto, Lista, los abogados defendían a los comunistas. “Ningún abogado que defienda a un violador es sospechoso de ser un violador”, dijo Cristina, “pero si una mujer defendía a un comunista, sospechaban que eras comunista. ¡Buena sospecha!”, declaró ante las risas generales.

“Para los que queríamos volar, España era una jaula”

Paca Sauquillo puso en valor la creación de Asociaciones de Vecinos en los barrios chabolistas  de Madrid. Con su hermano Javier,  Lola González y Alejandro Ruiz Huerta se encargaron de llevar la voz de la justicia social a los barrios y ciudades dormitorio. La misma mañana de la masacre, recuerda Paquita, ella, junto a Luis Javier Benavides y Alejandro Ruiz Huerta, fueron a Palomeras, con miedo a que les detuviese la Brigada Político Social. “Quién iba a pensar que por la noche iba a pasar lo que pasó”, dijo. Y resumió lo que era aquella España franquista sin Franco: “Para los que queríamos volar, España era una jaula”.

“Les impidieron vivir, les impidieron tener hijos, vivir la democracia”, añadió Manuela Carmena. “Esa es una deuda inmensa la que tenemos con ellos. Yo me había marchado diez minutos antes de la masacre. Esos diez minutos me salvaron la vida”.

Cristina Almeida y Paquita Sauquillo en el 48 Aniversario de los Abogados de Atocha

El Gobierno de España acaba de iniciar el expediente para declarar el sitio de Atocha como Espacio de la memoria

El monumento Abogados de Atocha, lugar de Memoria

“El abrazo”, o la representación tridimensional de Juan Genovés, acogió, como cada 24 de enero, a centenares de militantes y simpatizantes, gentes de izquierdas, deseosas de recordar, de poner en valor la Memoria con Mayúscula, en este 48º Aniversario. Allí, el Secretario de estado de memoria Democrática, Fernando Martínez, ofreció una noticia que los asistentes recibieron con alegría: el Gobierno de España acababa de iniciar, ese mismo día, el expediente para  declarar el sitio de Atocha y el monumento a los Abogados como Espacio de Memoria.

En su discurso en el acto central de la conmemoración, Javier Fernández, director de la Fundación Abogados de Atocha,  recordó que el abrazo es “hermoso, profundo, y dice mucho de lo que somos, de donde queremos ir, mas allá de las coyunturas y los intereses a corto plazo”. Los abogados de Atocha nos recuerdan que la libertad no fue un regalo: la dignidad, el derecho,  el bien común y la democracia había que pelearlos todos los días en 1977. Y hoy, en 2025, también.

Así lo pusieron de manifiesto Unai Sordo, Secretario General de CCOO, y Paloma López, Secretaria General de la Unión Sindical de Madrid.  “Con todo el aprecio os emplazo – dijo Unai Sordo- a los responsables políticos de la izquierda española a estar a la altura de las circunstancias, ante lo que viene y puede venir”. “Sin la lucha de las clases trabajadoras, los estudiantes concienciados, las asociaciones de vecinos y todos aquellos que se jugaron la vida -además de unas incipientes Comisiones Obreras-  la democracia no se habría conseguido. Que no nos roben la historia. La democracia no fue una dádiva de las élites franquistas al populacho”.

Paloma López, por su parte, aseguró que “nosotros no tenemos nostalgia, tenemos la memoria para transitar por el presente y le decimos a la derecha madrileña que no vamos a ceder. Y a nuestra gente, que cada chispa es un fuego, que la gente no tiene que resignarse, que es útil organizarse y poner el corazón”.

En un mundo en el que, como dijo Manuela Carmena “se indulta a los criminales y se deporta a los inocentes desde un palco de super ricos”, el embajador de Palestina Husni Abdel Wahed recibió el Premio Abogados de Atocha 2025 para el pueblo palestino ante los aplausos de todo el auditorio puesto en pie. Agradeció a todos el recuerdo a un pueblo masacrado tras más de 460 días de genocidio.  

Hoy toca más que nunca defender lo que defendemos: los valores de Atocha, de los Abogados que lucharon por la justicia social. Porque los derechos no se consiguen para siempre. Hay que hacer de la Memoria una herramienta de transformación, dijo Javier Fernández. Hacer de la fraternidad una estrategia política. Y CCOO siempre será in espacio donde estar juntos.

Homenaje ante el monumento El Abrazo, en la Plaza de Antón Martín de Madrid el pasado 24 de enero de 2025

El Comité Internacional de Sindicatos del Noroeste está compuesto por un grupo de diversas organizaciones sindicales del noroeste de Inglaterra que cubren varios sectores representativos. La TUC North West representa a más de ochocientos mil trabajadores, principalmente de las ciudades de Manchester y Liverpool.

Uno de los enfoques de su trabajo consiste en organizar visitas a diversos lugares en España, donde los miembros de las Brigadas Internacionales llegaron desde todo el mundo para luchar contra los fascistas de Franco en la Guerra Civil española (1936-1939). Cada año, sin falta -salvo en la pandemia-, Martin Kelsey y algunos de los compañeros de este sindicato hermano están presentes en la conmemoración de los Abogados de Atocha organizada por CCOO.

En palabras de Martin Kelsey, “es importante mantener la solidaridad internacional ante el crecimiento de la extrema derecha, del imperialismo y del racismo en el mundo occidental”. “La victoria de Trump, el crecimiento de AfD en Alemania, los líderes de Italia hace que tengamos que unirnos para pelear juntos contra estas fuerzas reaccionarias”.

La TUC North West se esfuerza porque en su país no se olvide el esfuerzo de las Brigadas Internacionales en España, y la lucha de los trabajadores y trabajadoras en España en contra de la dictadura franquista.

Ha habido cambios en la consecución de derechos laborales en toda Europa, asegura Martin, pero la lucha nunca acaba. Hay que seguir peleando.

Martin Kelsey, del Comité Internacional del Sindicato TUC North West