Sufrimos una guerra mundial en contra de un pueblo indefenso

Cuando se cumple un año del ataque de Hamás y el genocidio que Israel está llevando a cabo, hablamos con Husni Abdel Wahed, embajador de Palestina en España, que nos recibe recién aterrizado procedente de un viaje a Cisjordania. No duda en calificar el conflicto como una guerra mundial contra su pueblo indefenso

Dirección: Luis Lombardo. Texto y foto: Eduardo Mesa. Javier Barrio

La voz templada y serena, pero firme, de Husni Abdel Wahed, quiere trasladar a la ciudadanía el apocalipsis que está viviendo su pueblo, con más de 42.000 muertos, y denunciar la hipocresía de los gobernantes internacionales. Un hombre que a pesar del genocidio que sufren sigue confiando en la humanidad para logar justicia, libertad e independencia para Palestina.

Embajador, lo primero que quisiéramos es una fotografía actual de cómo está la situación. 

En el momento en que todos los ojos están puestos en la Franja de Gaza, hay cosas que pasan desapercibidas en lugares donde se ejerce una política de confiscación de tierra, de judaización del territorio palestino, destrucción sistemática de la infraestructura civil, sanitaria, de servicios, con el objetivo de implementar la limpieza étnica haciendo la vida imposible a la gente para obligarles a salir y, de esta forma, aducir que es una salida voluntaria de la población. Esto en Cisjordania. En la Franja de Gaza se multiplican las muertes, la destrucción, el sufrimiento, la hambruna y múltiples impedimentos. La población no cuenta con lo fundamental para llevar una vida, simple, básica. En esta zona el 80% del total de las construcciones han sido destruidas.

¿Qué piensa cuando se habla de guerra, cuando lo que está ocurriendo es un genocidio? 

Se están imponiendo nuevos conceptos y valores para normalizar el genocidio y que la población se familiarice con la masacre y el exterminio de un pueblo y justificar así la agresión de Israel. Haga lo que haga Israel, es autodefensa, y hagan lo que hagan los demás, es una agresión. 

Mucha gente no entiende como un ciudadano normal puede estar convencido de que se tenga que matar a los palestinos porque se lo merecen.

La humanidad vive un momento crucial de transformaciones y de transición, y este pensamiento es producto de la crisis del sistema. Un sistema dominante, donde el orden político es producto de la posguerra. Lo veo muy similar a lo que vivió el sistema a finales del siglo XIX principios del siglo XX, cuando se registró un crecimiento del ultranacionalismo de la extrema derecha que se tradujo en el fascismo y el nazismo y que concluyó con dos guerras mundiales, un holocausto y un nuevo Orden Mundial. 

Hay un crecimiento de la ultraderecha, del fascismo con neofascismo, del neonazismo, con la imposición de nuevos conceptos y nuevos valores donde se deshumaniza a algunos y se aplasta a otros. Los suyos son los ideales correctos y todos los demás somos demonios a los que está justificado masacrar.

Pero hablamos de bebés, de niños y niñas pequeñas, de sus madres. ¿Es el exterminio del pueblo palestino? 

Yo fui víctima de esto mismo. Nací en un campo de refugiados donde abundaba la escasez, la muerte, el sufrimiento, el hambre, las condiciones infrahumanas. En Palestina, al menos tres o cuatro generaciones hemos pasado por lo mismo y esto no ha sido motivo para que el mundo occidental civilizado interviniera. 

Ellos crearon el Estado de Israel, que no solo cuenta con la complicidad internacional, sino con la participación de este mundo occidental que se dice civilizado. Esto se repite una y otra vez y no solamente en Palestina. Como palestino, me afecta lo que pasa con mi pueblo, L pero como parte de la humanidad también me afecta lo que ocurre en cualquier lugar del planeta donde haya sufrimiento, muerte y dolor. 

¿Con la situación que nos está describiendo, cree usted que vamos camino de la tercera Guerra Mundial? 

Tal vez estemos viviendo la tercera Guerra Mundial. Las guerras no tienen una receta única. Puede haber diferentes manifestaciones de guerras mundiales. En Palestina se vive un genocidio y algo trasciende a Europa. En Ucrania se vive el episodio que ya conocemos de sobra. En África son muchos los puntos de desestabilización. Hay focos de conflicto y de tensión que el sistema alimenta, por lo que en cualquier momento se puede producir una confrontación a gran escala. 

No sé por qué no considerar guerra mundial a lo que ocurre en Palestina. Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania, Italia, Francia, participan directamente. ¿Suministrar armas de destrucción masiva que se utilizan en el genocidio en contra del pueblo palestino no es participar? 

Se ha bombardeado con armas norteamericanas un campamento de desplazados palestinos. Este conflicto no es regional, es una guerra mundial contra un pueblo indefenso. 

Las condiciones están dadas para una confrontación mayor, pero creo que es algo evitable. Para ello hace falta que Europa, que ha sido escenario y víctima de las dos guerras mundiales que conocemos, actúe de forma más contundente y no se limite a seguir las directrices y políticas norteamericanas, algo que está haciendo hasta el momento. 

Ha hablado usted de algunos países europeos. En el caso de España, ¿qué papel cree que está jugando? ¿Se consideran apoyados por España?

Quiero agradecer a España en su conjunto, pueblo, gobierno, sociedad, fuerzas políticas y sociales, sindicatos, mundo académico, el valor que han tenido para manifestar su rechazo al genocidio, mostrando su compromiso con el futuro de la humanidad y reconociendo el Estado de Palestina como un aporte a la vía de solución pacífica. 

Y quiero destacar que España ha mostrado gran capacidad de gestión, iniciativa y liderazgo. Afortunadamente, otros se han sumado a la iniciativa española. Este es el camino por el bien de la humanidad. 

Por el contrario, otros países están apoyando y participando, inclusive desde la misma Europa, otorgando a Israel no solamente protección y blindaje, sino los medios para perpetuar la guerra, la ocupación, el colonialismo y el genocidio. Ojalá todos tengan conciencia de que con su actitud, más que ser amigos de Israel, son partícipes de un genocidio. 

¿Hay esperanza en el pueblo de que algún día pueda vivir en paz? ¿O son personas completamente desesperadas? 

Siempre destaco que somos un pueblo que no ha caído nunca ni en la resignación ni en el resentimiento. Hasta el día de hoy puedo jactarme de que somos un pueblo que no se resignó ni se resintió. Pero tal como van las cosas ahora, el sufrimiento es cada vez mayor y produce, más que desesperanza, frustración. Espero que no se llegue a la desesperanza y desesperación, pero somos seres humanos y esto puede pasar. Llevamos más de 76 años bajo ocupación, desterrados de nuestros hogares en campos de refugiados y en condiciones infrahumanas. Se sigue justificando todo lo que hace Israel y a nosotros siguen negándonos nuestro derecho a la independencia, a la autodeterminación, a vivir en paz como cualquier pueblo. 

¿Esas convicciones y forma de pensar son el motivo de que, aún desterrados y masacrados, el pueblo palestino no apoye a Hamás?

Hamás no representa una mayoría en el pueblo palestino. Del total del pueblo palestino, los que pertenecen o militan en alguna organización política no superan el 11%. Ese porcentaje incluye todo el espectro político: laicos, nacionalistas e islamistas. El sector islamista no supera el tres o cuatro por ciento, incluyendo a Hamás y otros. Hamás no representa una proporción tan notoria como tratan de dibujar.

¿Es una coartada para Israel? ¿Cómo se pudo dar ese ataque de Hamás sabiendo que el principal perjudicado iba a ser el pueblo palestino? 

Yo no soy vocero de Hamás, ni sé qué fue lo que planificaron ni lo que tuvieron en cuenta al organizar aquella acción, pero tratar de justificar lo que ocurrió el 7 de octubre con el genocidio que está perpetrando Israel es inaceptable.

¿Revancha, venganza, respuesta? Llámese como se llame, pudo ser los primeros días. Pero lo que hoy se está ejecutando es un plan que se está dando a conocer. Siempre digo que la política israelí no deja nada para la imaginación. No necesitan ni pretexto, ni motivo, ni justificación. Simplemente, lo tienen planificado. 

En 2017 Trump les dio en bandeja de oro el llamado The Big Deal, el gran acuerdo del siglo donde justificó todo lo que hace Israel. Biden y su administración manifiestan su preocupación, de forma tímida, a la vez que aprueban lo que hace Israel y le suministran todos los medios para seguir haciéndolo.

No puedo aceptar que lo que hizo Hamás sea el motivo de lo que hace Israel. Porque ni en el año 90 ni en 1948 existía Hamás, ni Fatah, ni ninguna organización palestina de las que se conocen hoy. ¡Ninguna! Y se perpetró un genocidio en contra del pueblo palestino, como en el año 67, donde tampoco existía ni Hamás ni nadie. Israel ocupó la Franja de Gaza y Cisjordania, incluyendo Jerusalén Oriental, en el año 78. En el año 82 no existía Hamás e Israel perpetró otro genocidio contra del pueblo palestino. Tratar de vincular este genocidio con lo que hizo Hamás es faltar a la verdad, falsear la realidad e inventar un relato que no corresponde.

Confío en la humanidad. Sé que la mayoria de los individuos, aunque engañados por el relato, no pierden su humanidad

¿En las anteriores ocasiones que menciona, Israel dijo tan claramente como ahora que hay que exterminar al pueblo palestino? 

Una mujer tan venerada y amada en Occidente como fue Golda Meir, primera ministra israelí, afirmaba: “No puedo perdonar a los palestinos que nos obligan a matarlos”. En otra cita de la señora Meir aseguró: “Me quita el sueño saber que al día siguiente van a nacer nuevos niños palestinos”. Isaac Rabin, que firmó los acuerdos de Oslo, dijo: “Sueño con que el mar se trague la Franja de Gaza” y de esta forma deshacerse del pueblo palestino. Estos son personajes amados en Occidente y que se consideraban grandes estadistas, pero eran tan asesinos como Ben-Gvir, como Netanyahu o como Smotrich. En Israel se ha dado un ascenso de la extrema derecha. Cuando gobernaba la llamada izquierda sionista fueron ellos quienes implementaron las políticas y el adoctrinamiento que conduce a la sociedad israelí de hoy que es de extrema derecha. Esto no es producto del momento actual.

¿Tiene esperanza de que la situación cambie tras las elecciones en EEUU?

Hay que entender que Estados Unidos es un gran país, con todo lo que significa ser gran país. Hay círculos de poder que son los que fijan las políticas. Siendo un país con una sociedad muy dinámica en política interna, no lo es tanto en la política exterior.

El tema del sionismo es prácticamente un tema doméstico. Afortunadamente, en algunos sectores del Partido Demócrata ha habido en los últimos tiempos cierto cambio, pero no suficiente como para introducir una variación sustancial en la política norteamericana. Ni hablar del Partido Republicano, que suscribe las políticas de Smotrich y Ben-Gvir y las adopta como propias.

Con este panorama puede haber algunas diferencias de matices, pero no esenciales, en la política exterior en general y menos en el tema palestino. El mayor lobby que influye en la política norteamericana es el lobby israelí, que es determinante en la política interna y exterior.

¿Los judíos, con su poder económico, influyen en las políticas de los países?

Voy a ser muy claro y no quiero que se entienda o se confunda el concepto de judaísmo con el de sionismo, porque esto es lo que pretenden asociar algunos, judaísmo con sionismo, con semitismo y otros elementos más. Ser judío es una cosa totalmente distinta a ser sionista.

Quiero destacar y saludar posiciones, actos y actitudes de importantes organizaciones judías que alzan la voz en contra de la política israelí. Su lema es: No en nuestro nombre. Cada vez hay más judíos que se distancian de la política israelí y del genocidio que cometen en contra del pueblo palestino, pero siguen siendo minoría.

Hay sectores sionistas que son mucho más influyentes. Hay muchos más cristianos sionistas que judíos sionistas. Solamente en Estados Unidos se estima que 80 millones de evangélicos se identifican como sionistas, cristianos sionistas, y estos son los que sostienen las políticas israelíes, que coordinan y sintonizan con sus actos y sus políticas.

Tampoco hay que confundir sionismo con Estados Unidos o con cristianismo. No es una religión, es una ideología. El presidente Biden se define sionista y que no hay que ser judío para ser sionista. Puedo afirmar que hay árabes sionistas, musulmanes sionistas, hindúes sionistas o budistas sionistas. El sionismo es una ideología y no es exclusiva del judaísmo o de los judíos.

¿Cree usted que puede desaparecer el Estado palestino?

El 100% del territorio de Palestina está ocupado. El Estado de Palestina nunca fue soberano, pero es la garantía de paz y estabilidad, no solamente de la región, sino del mundo. Son muchos los que han llegado a la conclusión, entre ellos España, de que la garantía para Israel es que conviva con el Estado de Palestina. 

El presidente de Palestina afirma que nosotros no pretendemos eliminar a nadie y no sobra un pueblo en este planeta, pero sí falta un Estado, el Estado de Palestina. 

Un joven traslada restos de su casa bombardeada en Gaza

¿Por qué es tan difícil entonces llegar a ese acuerdo que muchos persiguen de los dos estados?

Porque para Estados Unidos es como una consigna que se ha convertido en un instrumento que utiliza a su antojo al servicio de sus políticas y de sus intereses. Y porque el Estado de Israel, hasta ahora, no ha tenido que pagar ningún coste por la ocupación del territorio palestino. Todo lo contrario, ellos explotan sus riquezas y no han tenido que pagar nada a cambio. 

Quiero recordar otros procesos colonialistas a lo largo de la historia. El sistema colonial se mantiene hasta que tiene que pagar un coste, entonces se termina ese proceso. Lógicamente, hay diferentes formas de lucha anticolonialista. Hasta el momento, la ocupación de Palestina se ha mantenido porque hay quienes han decidido mantenerlo, porque tienen el poder de hacerlo. Esperamos que lleguen a la conclusión de que, por el bien de todos, este colonialismo debe terminar.

Pero hasta ese momento, ¿Palestina podrá resistir? 

No quiero ser dogmático y no quiero adoptar consignas que son muy atractivas y que muchos adoptan, de que resistir es existir. Yo me pongo en el lugar de cualquier pueblo que sea sometido a una ocupación y un exterminio. Esto me recuerda que no hace tanto tiempo, en Europa, la ocupación nazi fue enfrentada por la resistencia de los pueblos de los países que fueron ocupados. Y esta resistencia fue aplaudida y muy valorada. Me extraña que los mismos que celebraron la resistencia de sus pueblos condenen ahora la resistencia del pueblo palestino.

Este pueblo ha sido ocupado 24 veces a lo largo de nuestra historia, y siempre ha permanecido, ha resistido y ha mantenido su identidad nacional, cultural y de civilización. Y la situación actual no va a ser la excepción.

Ningún pueblo con identidad propia y algo de dignidad puede aceptar la ocupación, la humillación y el dominio. 

¿Qué esperanza le podemos dar a un niño que esté naciendo ahora mismo en Palestina? ¿Qué futuro le podemos dibujar?

Es una responsabilidad individual y colectiva de los seres humanos y de los gobiernos, dar esperanza a estos niños para que no caigan en la resignación o el resentimiento, y para que vayan por una ruta que no sea otra que la del futuro de la paz y la justicia. Es necesario dar justicia, libertad e independencia al pueblo palestino. 

También hay que tener en cuenta un elemento fundamental y que nadie advierte, la rehabilitación psicológica del pueblo palestino, y especialmente de la infancia. Porque un niño que ve asesinar a su madre, a su padre, a sus hermanos, a sus vecinos, a sus amigos, a sus tíos, a sus abuelos, un niño que es rescatado debajo de los escombros después de un bombardeo, un niño que sufre el hambre y no tiene acceso a las necesidades básicas, un niño que vive en este panorama tan apocalíptico, todos presentan trastornos psicológicos. 

No solamente el niño, el mayor también, que no puede proteger a su hijo o hija, que no puede brindar a su familia los alimentos básicos para su supervivencia, comida, agua…, también tiene trastornos psicológicos. 

Yo confío en la humanidad y confío en que en algún momento recapacitará. Sé que la mayoría de los individuos, aunque engañados por el relato, no pierden su humanidad. 

Se ha referido a EEUU y a Europa. Los países árabes, supuestamente aliados de Palestina, ¿no mantienen una posición diríamos tibia? 

Los países árabes siempre manifiestan su apoyo al pueblo palestino en los organismos regionales y supranacionales. Siempre afirman su compromiso con la causa del pueblo palestino. Pero recordemos que hace décadas que hay problemas en distintos países árabes. 

Algunos fueron objeto de planes de fragmentación, hasta de desmantelamiento de Estados. Problemas económicos, sociales, de seguridad. Todo esto influye y hace que muchos tengan como prioridad sus problemas internos. Pero tampoco hay que culpar a los árabes, porque quien creó el Estado de Israel fue Occidente. 

Algunos europeos, para lavarse las manos, descargan su responsabilidad y obligación diciendo que este es un problema de los árabes y que son ellos los que tienen que solucionarlo. Es un tema que excede a los árabes, a sus autoridades y capacidades. Es la consagración de la doble moral occidental y la hipocresía de las políticas eurocéntricas. 

Comisiones Obreras siempre ha estado apoyando al pueblo palestino. ¿Es importante para ustedes el apoyo de las organizaciones sociales?

Quiero agradecer todos los gestos, manifestaciones y actos solidarios. Es importante que los individuos asumamos nuestras responsabilidades, empezando por comprometernos con nuestra condición de seres humanos. Todos somos hermanos, iguales y tenemos las mismas obligaciones y responsabilidades. Y, al mismo tiempo, tenemos los mismos derechos, especialmente el derecho a tener una vida digna. 

Sé que algunos son engañados y han ido por una vía de supremacía y de ciertos conceptos que se distancian de la condición humana. Pero al mismo tiempo, los individuos -organizados a través de instituciones- ya sean políticas, sociales, sindicales o de cualquier índole, pueden hacer llegar su voz de una forma más efectiva que la de un solo individuo. 

Entiendo que los desafíos son cada vez mayores y que el esfuerzo se dispersa cada vez más porque hay muchas causas que atender. Pero todo tiene que confluir en la humanidad, sin excepción. 

Algunos se preguntan de qué sirve seguir manifestándose si no da ningún fruto. Estas acciones son muy importantes para aquellos que están bajo un bombardeo y están huyendo. Saber que hay quienes sienten su dolor en la distancia significa mucho para ellos. Así que, por favor, háganle llegar al pueblo palestino que en Madrid hay quienes sienten su dolor. Esto es invaluable. ■