Las mujeres somos una frontera democrática importante, por eso nos odian

Estela Díaz, Ministra de Mujeres y Diversidad de la Provincia de Buenos Aires, Argentina

Feminista, militante sindical y social, ya desde su juventud en el Frente Estudiantil, Estela Díaz ha dedicado su vida a la defensa de los derechos de las personas trabajadoras y especialmente a transformar la desigualdad de género que atraviesa la sociedad, y sobre todo es una militante de las causas justas. Se ha convertido en la primera mujer ministra de Mujeres y Diversidad de la provincia de Buenos Aires, Argentina. Invitada por CCOO a España conocemos de primera mano cómo está viviendo la sociedad argentina, el extremismo de Javier Milei.

Dirección: Luis Lombardo. Texto, vídeo: Eduardo Mesa, Javier Barrio. Edición vídeo: Javier Barrio

¿Qué pensaste cuando recibiste la invitación de Comisiones Obreras para visitar España?

Vengo del movimiento sindical, y nuestra central, la Central de Trabajadores de la Argentina, siempre es una central amiga, hermana. Hemos colaborado muchísimo siempre con Comisiones Obreras. En el tiempo que estamos atravesando en la Argentina, donde tenemos un gobierno nacional de extrema derecha gobernando, poder viajar aquí y compartir la realidad que vivimos y lo que hacemos en la provincia de Buenos Aires, donde tenemos un gobierno distinto al Nacional es desafiante, interesante para mí en lo personal, y muy importante también para el Gobierno de la provincia de Buenos Aires y para la responsabilidad institucional que tengo.

 

“Estamos viviendo en un tiempo de mucho sufrimiento para las mayorías y mucha incertidumbre respecto al futuro”

A pesar de que nos llega información de Argentina ¿Qué fotografía nos hace Estela Díaz de lo que está pasando en su país?

Javier Milei es una persona que se define como libertario anarquista y que es de extrema derecha. Una persona que acaba de llegar a la política, que no tiene pasado, no tiene historia política, nace con la pandemia y las redes sociales y él mismo dice que viene a destruir el Estado desde adentro.

Esa es su posición de gobierno, un ajuste brutal y un deterioro y una desregulación institucional fortísima. Ortodoxo neoliberal, pero llevado al extremo por este posicionamiento en contra del Estado y de favorecer al capital económico, sobre todo trasnacional y al sector financiero. Eso está haciendo.

Creció la pobreza y la indigencia a cifras extremas. Ha recortado un 30% del presupuesto nacional y los más afectados son jubilados y jubiladas, por la pérdida de poder adquisitivo, los salarios y los sectores medios e intermedios. 

Desindustrialización, desempleo. Esta es la realidad de Argentina en lo económico. Y  en lo social el ataque a todos los derechos sociales. Es extremadamente conservador. Por lo tanto, estamos viviendo en un tiempo de mucho sufrimiento para las mayorías y mucha incertidumbre respecto al futuro.

El gobierno que yo represento, presidido por Axel Kicillof, nuestro gobernador, estamos en las antípodas de ese proyecto. Tratamos de construir un escudo, una red, frente a estas políticas tan agresivas.

¿Nos encontramos ante el experimento de gobernabilidad de extrema derecha, más consecuente de los que se han presenciado en este siglo?

El ajuste de Milei es un ajuste ortodoxo. Desregulación, quitarles impuestos a los que más ricos son y gravar más a los sectores populares. Lo más preocupante en el proceso es la aceleración con que lo hace y el concepto de desregulación. Milei dice que son héroes las multinacionales. Son cosas que no se pueden escuchar en casi ningún lugar del mundo y va a contrapelo de casi todos los regímenes, hasta los que él admira, como Trump en Estados Unidos, que plantean que hay un tiempo donde se necesita protección. El plantea lo contrario y de hecho le acaba de decir al presidente electo de Estados Unidos que la Argentina es suya, o sea que se la entrega.

No hay concepción de soberanía en lo más mínimo. Es alguien que no tiene pasado político, no le debe nada a nadie y no le importa nada. Por lo tanto, acompaña este proyecto económico con niveles de violencia política, verbal, simbólica, muy fuertes. Y eso tiene efectos graves para el conjunto de la sociedad, porque si el principal político del país da un mensaje tan violento, eso habilita socialmente niveles fuertes de violencia. Es realmente muy preocupante el devenir del proceso social e institucional en Argentina.

Se han hecho huelgas y una gran protesta contra Milei ¿Qué efecto ha tenido? ¿Qué se puede hacer, que se está haciendo? ¿Y concretamente desde vuestra provincia de Buenos Aires, qué se está haciendo?

Argentina es un país muy movilizado. Desde el inicio del Gobierno de Milei ha habido gigantescas movilizaciones, hubo dos paros nacionales, paros y huelgas de distintos sectores, también movilizaciones muy grandes para el Día Internacional de las Mujeres, para el 24 de marzo, que es el Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia, históricas movilizaciones estudiantiles, porque está haciendo recortes a la universidad pública. El sector de los docentes universitarios es de los que más pérdida de poder adquisitivo tuvo, con los altos niveles de inflación que hay en la Argentina.

Además, es muy importante que las protestas se hayan desarrollado en todas las grandes ciudades, no solo en Buenos aires. Se ha producido una fuerte resistencia callejera.

En ese proceso, la central de los trabajadores en la Argentina, la CTA, estamos en un proceso de reunificación con la CTA Autónoma y también con sectores de CGT.

Hay una resistencia activa al gobierno, aunque todavía sostiene niveles altos de consenso social. No creo que de apoyo, pero por lo menos de una expectativa pasiva de decir; Bueno, ¿y si sale bien? Esa es la pregunta que a la derecha le gusta hacer en relación al proyecto de Milei.

Axel Kicillof es peronista, viene de un sector progresista, de izquierda, y tiene una concepción donde el rol del Estado es fundamental como protector y promotor de derechos, dinamizador de la economía. Buenos Aires, nuestra provincia, es casi el 40% de la Argentina, 18 millones de habitantes, 300.000 kilómetros cuadrados. 135 municipios, más de 2000 localidades. Es una provincia productiva, petrolera, que le aporta al Producto Bruto Nacional prácticamente el 40%.

Estamos fuertemente afectados por el ajuste nacional. Hay desindustrialización. Estamos sufriendo las consecuencias de las recetas neoliberales, además de privatizaciones y una desregulación brutal de la economía. Estamos asumiendo una posición de soberanía, de justicia social, de inclusión, de igualdad de género. De hecho, soy la ministra de Mujeres y Diversidad, del único ministerio que ha quedado en pie en la Argentina, porque Milei eliminó el Ministerio Nacional y las otras provincias han desjerarquizado los que tenían. Tenemos una fuerte convicción en la provincia de defender todos los derechos que se han conquistado en 40 años de democracia en la Argentina.

“La provincia de Buenos Aires respeta al Gobierno de España y tiene mucho interés en tener intercambios y cooperación mutua”

Ha sido una agenda intensa. Reunión con la  Ministra de Igualdad, congresistas, partidos políticos de la izquierda en Madrid. ¿Cómo valoras esta colaboración y qué frutos puede dar?

Va a ser muy importante para nosotras poder estar reunidas con la ministra de la Igualdad, con referentes de cooperación y de igualdad de género y con representantes legislativos. Por dos cuestiones. Una, por la situación política que estamos viviendo en la Argentina, con el gobierno nacional de extrema derecha,  y otra por un sentido de reparación.  El presidente Milei ha sido sumamente agresivo con el Gobierno de España con una actitud que no tiene antecedentes. Por más que hemos tenido gobiernos de distinto signo, no tenemos antecedentes de una agresión a un presidente de otro país con una falta de respeto a normas básicas de lo que es la hermandad entre los países del mundo.

La provincia de Buenos Aires respeta al Gobierno de España y tiene mucho interés en tener intercambios y cooperación mutua. Sabemos además que esto es un sentimiento del pueblo de la Argentina, y también es un tiempo donde las extremas derechas vienen avanzando en el mundo y esto no nos escapa ni a europeos, ni americanos, ni a otros países del mundo.

Necesitamos que se construyan sociedades con más igualdad y más justicia. Entre todas las que tenemos convicciones democráticas la paz y la democracia pasan a ser cuestiones que tenemos que poner en la agenda y ver cómo impactan en una mejor vida cotidiana para nuestros pueblos.

La elección de la gente por las extremas derechas tienen que ver un poco con que no se está resolviendo conseguir una mejor calidad de vida para nuestras poblaciones tal cual hoy se están dando en las democracias. Tenemos en desafío de que esto ocurra y en eso es muy importante que sigamos colaborando quienes tenemos estas convicciones y que nos encontremos desde experiencias distintas, porque siempre hay puntos en común para dialogar.

“Soy la ministra de Mujeres y Diversidad del único ministerio que ha quedado en pie en la Argentina”

El drama de la violencia machista, provoca un goteo incesante de mujeres asesinadas por parejas, ex parejas ¿qué podemos hacer para acabar con los feminicidios?

Nos parece que España, desde la sanción de la ley de Igualdad hacia aquí, ha desarrollado mucha cantidad de planes de igualdad y de políticas en todos los terrenos, en los temas laborales, de acceso a la justicia, de abordaje de las violencias, que son muy interesantes porque además se han hecho en todo el territorio de España.

Nosotras en Argentina contamos durante un período corto con un Ministerio Nacional de las Mujeres, en el gobierno del 19 al 23, que ahora ha eliminado el Gobierno de Milei. 

En la provincia de Buenos Aires, seguimos con políticas para el abordaje de las violencias por razones de género, que nos llevan gran parte de nuestra tarea. Es un problema de enormes dimensiones en la Argentina. España es uno de los países que fue ejemplo en ese sentido, que además contabiliza los feminicidios. Es la cifra más dura y la más difícil de bajar, pero es la punta del iceberg de enormes cantidades de violencias de distintos niveles, tipos, modalidades.

Nosotros tenemos una legislación nacional que insistimos en que hay que cumplir y en Buenos Aires estamos trabajando para que haya cambios. Uno de los principales problemas en el abordaje de las violencias de género es el acceso a la justicia. El Poder Judicial es un poder independiente, y hay que transformar las prácticas actuales en prácticas que no sean patriarcales, que no sean machistas.

Tenemos una ofensiva de la derecha que plantea, incluso lo hizo a través de la vicepresidenta de la Nación, generar acciones en contra de las falsas denuncias. Lo primero que ellos plantean hacer es ver si la mujer miente o no y no analizar frente a qué riesgo estoy cuando hay violencia de género.

Nosotras estamos trabajando mucho y bien con el Poder Judicial, implementando políticas de prevención, de asistencia, de atención y también de reparación. Las políticas de memoria que aprendimos con respecto al terrorismo de Estado y a la última dictadura militar, son políticas de memoria que hacemos con familiares de víctimas de feminicidios. Generar charlas preventivas para conseguir el cambio de estas prácticas y en la reducción de las violencias. Tenemos mucha tarea en ese sentido.

La profundización de las desigualdades nos llevan a sociedades más violentas en todos los terrenos. Y entre esas violencias, obviamente, la violencia de género es una de las expresiones de la violencia social. Necesitamos un mayor bienestar social para pensar que esas violencias van a poder ir retrocediendo. Estamos en un tiempo muy complicado para ello pero tenemos la fuerza de la convicción de que podemos transformarlo y trabajamos mucho en ese sentido.

Madrid también ha sido el escenario de la presentación de tu libro ¿Por qué odian?  La pregunta es precisamente esa ¿Por qué odian?

Por qué odian es un diálogo que comenzamos a hacer hace más de un año, porque veíamos que este fenómeno de la extrema derecha, estaba cargado con mucha violencia, con discursos de odio, de rechazo al otro, de ponerlo como enemigo. El que tiene una diferencia es un enemigo al que hay que aniquilar y los feminismos y las conquistas de las diversidades y de las mujeres son un enemigo de las extremas derechas. Nos odian porque les resistimos, porque las mujeres somos más reactivas a la extrema derecha. Le ponemos un  “párate, no nos convencen”. Entonces ellos nos odian, saben que tienen que atacar nuestros avances y también porque en el proceso de participación más fuerte de las mujeres en la política y en lo social, también ponemos en discusión el sistema de manera más profunda.

Nosotras discutimos el trabajo, pero no solo el remunerado, también discutimos todo el trabajo no remunerado que hacemos las mujeres y decimos, acá hay una riqueza que el patriarcado y el sistema capitalista se lo apropia. Cuando discutimos la redistribución de riqueza como un imperativo del tiempo que viene, hacemos un debate más profundo. En realidad las derechas lo que quieren es más concentración. Este debate las mujeres lo llevamos a profundizar aún más y nos odian también por eso, nos odian, porque estamos más politizadas.

En el proceso de lucha por la igualdad veníamos tan de atrás, con tanta desigualdad, que ese proceso ha logrado que politicemos todos los órdenes de la vida cotidiana. Cuando las derechas te dicen; individualismo, meritocracia, sálvese quien pueda, ese lugar no nos aloja a las mujeres, porque en realidad hemos avanzado en la sociedad a partir de construir conciencia, organización, lucha colectiva, movilización y les vamos a resistir.

Somos una frontera democrática importante, por eso nos odian también.