“Hay que recoger el guante con el que Vox reta a la Historia y darle con él”
Las afirmaciones de Vox que denigran a Largo Caballero e Indalecio Prieto han sido desmontadas una por una, y de forma muy detallada, en un informe técnico firmado por más de 250 especialistas en Historia Contemporánea de universidades españolas y extranjeras . Pero ¿qué busca el partido de ultraderecha con sus provocaciones? ¿Quién está en su punto de mira? ¿Hay riesgo de que los clichés franquistas y pseudohistóricos que propaga calen entre la ciudadanía? De todo ello hemos conversado con el historiador Ángel Viñas , autor, entre otras obras, de “¿Quién quiso la Guerra Civil?”
Entrevista: Alejandra Acosta; fotos: Fran Lorente
Pregunta.- Ángel, sostiene usted que el gobierno del Ayuntamiento de Madrid, formado por PP y Ciudadanos, “ha pisoteado la historia” al apoyar en el Pleno municipal la propuesta de Vox de retirar del callejero madrileño los nombres de Largo Caballero e Indalecio Prieto.
Respuesta.- La ha pisoteado, absolutamente.
P.- ¿Suscribe el informe técnico de los historiadores que desmonta por completo las gruesas acusaciones que Vox hace contra los dos históricos dirigentes socialistas?
R.- Yo no elaboré ese informé, pero lo leí y lo firmé. Comparto todo lo que en él se dice y no creo que sea necesario aportar mucho más.
P.- Pero, más allá del análisis técnico, ¿cuál es su valoración como historiador y como ciudadano de la propuesta de la formación de ultraderecha?
R.- Tengo dos adjetivos: alucinante, por absurda, ridícula y grotesca, y provocadora. Dos elementos que caracterizan las maniobras de agresión histórica que viene cometiendo Vox desde hace tiempo.
“Alborotan y provocan para hacerse notar en amplios círculos de la sociedad española”
P.- ¿Qué pretenden conseguir?
R.- Probablemente buscan dos objetivos. El primero, alborotar para promocionarse. Si dices que Prieto estuvo detrás del asalto al oro del Banco de España o detrás de las ‘sacas’ sabes que vas provocar y hacerte notar en amplios círculos de la sociedad española que no han podido, no han querido o no han sabido separarse de las concepciones franquistas del pasado. Esencialmente es un combate por conseguir la hegemonía de la interpretación del pasado. Y, por otro lado, están tratando de arrojar toda la basura posible y no posible sobre la izquierda.
P.- Los historiadores hablan, respecto al asunto de Prieto y Largo Caballero, de “maquinaciones de la baja política”. Vox ha logrado contaminar y degradar el ambiente político en todos los sentidos y en todos los ámbitos y territorios.
R.- Vox concibe la política como un combate entre el bien y el mal. Y contra el mal absoluto que en opinión de Vox representa la izquierda no puede haber tregua, no puede haber cesiones.
P.- ¿El mal absoluto para Vox es Unidas Podemos?
R.- Desde mi punto de vista, la izquierda malvada y terrible para ellos es el PSOE. Unidas Podemos juega un papel secundario, aunque fundamental, muy valioso para Vox, porque representa el elemento comunista. Por eso Vox utiliza siempre el término de “gobierno social-comunista”. No es irrelevante esta denominación, ya que para la historiografía franquista el enemigo a batir fueron siempre el comunismo y la Unión Soviética. La interpretación de que la Guerra Civil fue una guerra contra el comunismo se inculcó durante 40 años de dictadura a los niños, a las niñas, a los estudiantes, a los no estudiantes, a la burguesía, a todo dios…Llamar “social-comunista” al gobierno permite a Vox apelar a ese tipo de subconsciente que está danzando en algunos sectores de la sociedad española a los que dirige su mensaje de “¡ojo!, que estos son los que hicieron la Guerra Civil, aquellos contra los que nosotros nos sublevamos porque nos llevaban al desastre…”. Y está calando, por eso es peligroso.
“¡Pues claro que la batalla hay que darla en la escuela! ¡Siempre!”
P.- ¿Vio las imágenes de avenidas y calles de ciudades españolas llenas de coches convocados por Vox exhibiendo banderas españolas el pasado 12 de octubre?
R.- Me resulta irritante esa apropiación de la bandera por parte de la derecha y la ultraderecha españolas. En Francia, o en Bélgica, donde vivo, eso no ocurre porque tienen muchos más años detrás de debates culturales. La bandera no significa una opción política o ideológica concreta. En Francia, que Marine Le Pen utilice la bandera tricolor no preocupa a nadie porque todo el mundo sabe que es la extrema derecha, los sucesores del colaboracionismo de Vichy. Pero claro, la sociedad francesa luchó durante todo el siglo XIX por la separación de Estado e Iglesia, y en 1905 estableció una escuela laica con una pretensión: formar ciudadanos y ciudadanas, no de Aquitania, no de Provenza, sino ciudadanos franceses. En cambio, nuestros constituyentes no supieron o no se atrevieron o no quisieron hacerlo… eso ya no lo sé.
P.- ¿Quiere decir que la batalla hay que darla en la escuela?
R.- ¡Pues claro que la batalla hay que darla en la escuela! ¡Siempre! Uno de los grandes errores del desarrollo del Estado de las Autonomías es que el Estado central dejara en manos de las Comunidades Autónomas la interpretación de la historia que seguro que no era lo que pretendían, pero es en lo que ha derivado. Yo he sido catedrático de Universidad, no de Instituto, pero tengo amigos profesores de bachillerato que me cuentan que no llegan a estudiar la historia contemporánea de España. Por favor… si empiezan por Atapuerca…, ya me dirás qué tiempo van a dedicar a la historia contemporánea… En todo caso, es una batalla larga porque enseñar a los jóvenes es una tarea de años.
“La manipulación del pasado es un arma política para conseguir el poder y da resultado”
P.- La ignorancia, por tanto, es el mejor aliado de Vox.
R.- Vox aprovecha el flanco desarmado del Estado español en términos de lucha cultural. Sabe que tiene la posibilidad de alcanzar el poder porque estamos en un país democrático y para conseguirlo están movilizando a la sociedad española de una manera parecida, salvando las distancias, a lo que hizo Hitler en los años 20: aprovechar la pandemia, el desplome de la economía, la irritación ciudadana…
P.- Un clásico, por otra parte, de las estrategias del fascismo.
R.- La manipulación del pasado, aunque se haga de forma estúpida, es un arma política para conseguir el poder y da muy buenos resultados. Los dio en la Alemania de Hitler con la ridícula leyenda de la puñalada trapera asestada al país por comunistas, judíos y socialistas, y los está dando ahora en la América de Trump, que está reinterpretando desde la Guerra de Secesión hasta el origen de la esclavitud, y se queda tan pancho porque hay un sector de la sociedad norteamericana ignorante y manipulable que se lo cree.
P.- Ángel, ¿qué hacemos?
R.- Hay que recoger el guante con el que Vox reta a la Historia y darle con él.