“La salud mental será el caballo de batalla del ‘día después’. Necesitamos recursos”
Los sacamos del colegio de repente porque un monstruo vino a vernos y los encerramos en casa. No han vuelto a jugar con sus compañeros ni a ver a sus profes, no pueden acercarse a sus amigos en el parque y muchos no podrán abrazar nunca más a sus abuelos. ¿Qué huella psicológica dejará la pandemia en los escolares? ¿Qué se encontrarán los educadores el ‘día después’, cuando el perverso flautista de Hamelín disfrazado de virus les permita regresar a las aulas? Sobre ello hablamos con el profesor Daniel Flórez, delegado de CCOO en la Junta de Personal Docente no Universitario de la Dirección de Área Territorial Este.
Los contenidos curriculares, los exámenes o las calificaciones no ocupan los primeros puestos en la lista de preocupaciones del profesor Daniel Flórez. “Nos estamos olvidando del sufrimiento de los niños y niñas, que han visto desaparecer de sus vidas a mucha gente, y a algunas no las van a volver a ver. No es tan importante ahora que se estudien los ríos o el mínimo común múltiplo, ya lo aprenderán cuando regresen. La escuela es mucho más que eso”.
Director desde hace cinco años del colegio público El Jarama, de San Fernando de Henares, donde también imparte clases de Ciencias Naturales en 6º de Primaria, Daniel no vio venir el cierre de los colegios, pero una vez decretado el estado de alarma supo que no iba a ser cosa de 15 días. Cree además que no volverán hasta septiembre. Para entonces habrá transcurrido medio año largo.
¿Qué se encontrarán los educadores cuando el flautista de Hamelín disfrazado de virus les devuelva a las aulas?
“Veremos entonces el impacto del cierre de los colegios en la salud mental de los escolares. Ese va a ser el caballo de batalla del día después”, vaticina Daniel. “Porque a la experiencia traumática que supone la pandemia se suman problemas graves que afectan a muchas familias. En el colegio podemos detectar si un niño y su madre están sufriendo violencia de género, o si está siendo maltratado, y actuar de inmediato. Como los vemos a diario enseguida percibimos cuando van mal las cosas”.
Y no olvidemos el desastre económico que está causando la pandemia. “Tengo alumnos cuyas madres trabajan en el servicio doméstico y al no estar dadas de alta no tienen ni paro ni subsidio. Algunas han vuelto a sus países de origen”.
Comida rápida y obesidad
El equipo docente de El Jarama se esfuerza por transmitir al alumnado que el colegio no ha desaparecido: “Una vez a la semana cada profesor hace videoconferencia con su grupo. No solo para dar clase, también para vernos las caras y charlar. Y a los que no tienen Internet en casa les llamamos por teléfono. Hemos tenido el caso de tres niños a los que no localizábamos de ninguna manera y advertimos a la Policía y a Servicios Sociales”.
“No es tan importante ahora que se estudien los ríos, ya lo aprenderán cuando regresen”
Otra garantía que ofrece el colegio es la de una comida equilibrada al día. De los 470 alumnos de El Jarama, 210 se quedaban a comer. “Tenemos niños de familias que reciben la Renta Mínima de Inserción y que sabemos que el único plato caliente que toman a diario es el del menú escolar”. La alternativa de la presidenta Isabel Díaz Ayuso de ofrecerles pizzas y sándwiches ha indignado a toda la comunidad educativa. “Con el esfuerzo que estamos haciendo en los colegios para promover una alimentación saludable y Ayuso lo ha tirado por la borda. Lo que más escandaliza es que defienda a ultranza que se alimenten con comida rápida. Es intolerable”.
Nutricionistas y figuras mundiales del deporte, como los hermanos Gasol, han recordado a los responsables políticos la gravedad de la epidemia de obesidad infantil en España. Más de un 34% de los niños y niñas de entre 8 y 16 años padece sobrepeso u obesidad.
Un 30%, desconectado
Otro reto al que se enfrenta el profesorado durante el cierre de los colegios es impartir clases telemáticas, ya que no todas las familias disponen de las herramientas tecnológicas necesarias. El consejero de Educación cifró en un 5% los escolares madrileños que no pueden conectarse, pero Daniel Flórez mantiene que es el 30%. Coincide, además, con el diagnóstico del informe PISA. “El cuestionario que nos remitió la Comunidad de Madrid a los centros no estaba bien planteado. ¿Quién no tiene un móvil hoy día? Un teléfono no es suficiente para seguir clases a distancia. Yo hice una encuesta en El Jarama y el resultado es que en un 30% de los hogares no hay un solo ordenador, y algunos tampoco tienen datos o conexión a Internet en el móvil. Y esa es la realidad en toda la región”.
En el colegio que dirige Daniel Flórez hay 95 familias que no disponen de ningún ordenador, solo de un teléfono móvil, y siete de ellas no tienen ni datos ni wifi. Este lunes, la Comunidad de Madrid ha remitido a El Jarama siete tablet y además autoriza el préstamo temporal a las familias de los 47 ordenadores de los que dispone el centro escolar. Para otros 41 alumnos el problema sigue sin resolver. “Es una cuestión presupuestaria, no hay más historia”, concluye Flórez.
“Ayuso ha tirado por la borda el esfuerzo de los colegios para promover una alimentación saludable”
“Un 30% del alumnado no dispone de ordenador, y algunos ni siquiera conexión a Internet”
El viaje a ninguna parte
El coronavirus se ha llevado también por delante los planes de los estudiantes para este final de curso. Los de 6º de Primaria de El Jarama habían preparado un viaje a la Sierra de Guara, en Huesca. Después de nueve años dejan el cole para ir al Instituto y era el regalo de despedida. “Me da una pena enorme. Habíamos conseguido que fueran casi todos porque los profesores hicimos un fondo para pagar el viaje a quien no pudiera costeárselo”, manifiesta el director del centro escolar.
“En el colegio podemos detectar si un niño y su madre sufren maltrato y actuar de inmediato”
Insiste Daniel Flórez en las secuelas psicológicas que dejarán en el alumnado tantas experiencias traumáticas. Muchos padres y madres le han pedido bibliografía de cuentos infantiles en los que se aborde el tema de la muerte. “Me han llamado periodistas extranjeros para preguntarme por los programas escolares de salud mental para la vuelta. No hay nada previsto”, advierte. “Los orientadores y los Equipos de Orientación pasan por los centros una vez a la semana, como suerte dos si eres preferente, y les come el papeleo. Necesitamos recursos”.