Las centrales sindicales salen a la calle en Argentina: “con los trabajadores no se jode”

Argentina sufre los recortes, la represión y las medidas “de motosierra” de su nuevo presidente Javier Milei desde que tomó posesión el pasado 10 de diciembre. Por ello, los trabajadores y trabajadoras saldrán a la calle el próximo 24 de enero para hacer frente a este ataque contra los derechos laborales y sociales.

Dirección: Luis Lombardo. Texto: Lucía Herrera.  Vídeo: Fran Lorente, Javier Barrio. Edición vídeo: Javi Cantizani

El pasado 20 de noviembre de 2023, la ultraderecha se hacía hueco en otro país de Latinoamérica. Javier Milei, líder de La Libertad Avanza, se convertía en el nuevo presidente argentino con un 56% de los votos. Su programa: recortes a derechos y libertades, reducción drástica del gasto público y más de 300 medidas para beneficiar a los más ricos. Al estilo más trumpista, se paseó por las calles de Argentina anunciando, con gritos de odio y amenaza, la eliminación de toda política social.

En la toma de posesión de su cargo, Milei pasó a relatar las medidas que iba a implementar como presidente, que han sido aprobadas en los días sucesivos, entre los que se encuentran Medidas de Emergencia Económica, un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) y una Ley Ómnibus que cumplen las amenazas que lanzó durante su campaña. Incluso en el Foro de Davos, delante de los grandes empresarios y poderes internacionales, volvió a arremeter contra la clase trabajadora y las políticas sociales, asegurando que “Occidente está en peligro” y que “la justicia social no sólo no es justa, sino que tampoco aporta al bienestar general”.

En respuesta a este ataque, las principales centrales sindicales y movimientos sociales de Argentina convocan un paro general de 24 horas que esperan que sea seguido por miles de personas, y que tendrá lugar el próximo miércoles 24 de enero a partir de las 12h.

El gobierno de la motosierra

En Argentina, no es la política ultraliberal del nuevo gobierno lo que sorprende, ya que en anteriores mandatos como el de Macri se impusieron políticas regresivas en materia social y económica. Pero lo excepcional del momento sociopolítico que se vive en el país, está siendo la inmediatez y dureza con la que se ha arrasado, en poco más de un mes, con décadas de avances en materia de derechos laborales y sociales, recordando a los momentos más oscuros de la historia argentina. Aunque las principales centrales sindicales del país reconocen la legitimidad del gobierno, elegido democráticamente, consideran que ha utilizado un discurso basado en la mentira.

Durante la campaña, Milei hablaba de acabar con la “casta”, que definía como “aquellos privilegiados que viven de la política”, acumulando muchos votantes en torno a esa idea. Sin embargo, como presidente solo ha llevado a cabo medidas para acabar con la clase trabajadora.

Una de sus principales amenazas, ya materializada en solo un mes de mandato, ha sido la devaluación de la moneda argentina, que ha provocado un alza generalizada y devastadora de los precios de bienes y servicios. Por otro lado, realizó una liberalización de precios de manera tajante, algo que gobiernos anteriores como el de Macri venían haciendo. Así, se ha dado un vuelco económico a una Argentina que estaba ya débil, con precios disparados mientras que los sueldos, en muchos casos, siguen siendo precarios. Por ejemplo, a pesar de que se trata de un país productor de carne, los argentinos y argentinas están pagando este alimento básico como si estuvieran en Nueva York, pero con unos salarios mucho más devaluados.

Rodrigo Borrás, secretario adjunto de Relaciones Internacionales de la CTA de los Trabajadores (Central de Trabajadores y Trabajadoras de la Argentina), destaca la rapidez con la que Milei ha actuado en las pocas semanas que lleva en el poder: “apenas de haber llegado, [Milei] generó una serie de medidas que son un terremoto aquí en el país […] hablando con compañeros que tienen más edad, dicen que nunca habían visto una embestida tan veloz y tan fuerte por parte de un gobierno desde la última dictadura militar”.

Por otro lado, Ignacio Bueno, secretario de organización de la CGT (Confederación General del Trabajo) Regional La Plata y secretario gremial de ATULP, define al nuevo gabinete como “un gobierno pura y exclusivamente liberal que ataca directamente los derechos adquiridos, porque justamente con quien construye este tema es con la patronal”, provocando un “sacudón económico profundo”.

“Hoy Argentina es un gran experimento para la ultraderecha”

Pero, ¿cómo se ha llegado hasta aquí? Aunque Javier Milei sea la noticia, por lo excéntrico del personaje que se ha creado y los masivos recortes que ha implantado en tan poco tiempo, la liberalización de la economía argentina es una política que se viene fraguando desde hace años. Durante el mandato del conservador Mauricio Macri, se intentaron llevar a cabo medidas similares, pero sin éxito. El descontento social y la falta de expectativas, sobre todo en la juventud, ha provocado que el discurso de la ultraderecha haya calado en la sociedad argentina, en opinión de los sindicatos.

Para Rodrigo Borrás, “hoy Argentina es un gran experimento para la ultraderecha”, que se está utilizando como “laboratorio” en la implantación de reformas laborales que roban derechos a los trabajadores y trabajadoras, ahondan en la privatización de todos los servicios públicos e incrementan el poder de los grandes capitales. En definitiva, la implantación del ultraliberalismo económico y los discursos reaccionarios, que conocemos bien en España, crece no solo en Latinoamérica sino también en el resto del mundo.

Un Decreto de Necesidad y Urgencia, sin necesidad ni urgencia

Por otro lado, el buque insignia de esta ofensiva ultraliberal es el DNU, anunciado por el propio presidente el pasado 21 de diciembre. Una ordenanza que para el sindicalista de la CGT Ignacio Bueno, es anunciada “sin necesidad y sin urgencia”, y que solo busca desregularizar la economía mientras la clase trabajadora continúa ahogada por la inflación.

Este extenso decreto reforma más de 300 leyes económicas y laborales de los distintos sectores económicos de Argentina. Entre ellas, una reforma laboral que los sindicatos han conseguido detener al emitir un recurso de amparo resuelto favorablemente por la Justicia Nacional del Trabajo. Borrás, de la CTA-T, califica el decreto como “la reforma que cualquier gobierno de la ultraderecha que está hoy en día en el mundo desearía poder estar llevando adelante, porque realmente tira por tierra más de 80 años de construcción de derechos de los trabajadores”, que claramente busca “alentar la creación de empleo barato, de menor calidad, más inestable y temporal. A su vez, profundiza la informalidad laboral, legaliza el fraude laboral y precariza los trabajos asalariados que ya están registrados.”

Sin embargo, el resto del DNU sigue adelante y está activo, mientras las centrales sindicales y otras organizaciones sociales buscan su paralización parcial o completa por medios judiciales. Por ahora, queda que la cámara del Senado y el Parlamento rechacen el decreto para que pueda ser anulado.

Este nuevo gobierno, además, cuenta con un blindaje mediático que ha permitido que avancen sus posiciones reaccionarias, dejando un estrecho margen para la crítica. Los trabajadores y trabajadoras de los medios de comunicación, especialmente del sector público, ven con preocupación la privatización de los servicios.

Carla Gaudensi, periodista en la agencia de noticias pública Télam y Secretaria General de la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (FATPREN), considera que el nuevo DNU y la Ley Ómnibus “atacan directamente a los medios públicos”, porque pretenden “la privatización de los medios de gestión estatal”, además del control de todos los medios y servicios por parte de los grandes poderes económicos.

“Los medios tienen un rol social que cumplir para garantizar la libertad de expresión”

Ese “desguace” de los medios de comunicación públicos, como apunta Gaudensi, tiene un objetivo claro: privatizarlos para arrebatar a los ciudadanos el derecho a una información veraz y con un rol social. “Los medios garantizan la libertad de expresión, el pluralismo, el federalismo y el acceso a la información a toda la ciudadanía”, afirma Gaudensi.

No solo las movilizaciones sociales están siendo criminalizadas, sino también el propio ejercicio de la libertad de informar. Como comenta la periodista, el gobierno desplegó un operativo policial a las puertas de Télam, Radio Nacional y Televisión Pública. “Lo vemos como una amenaza, como un amedrentamiento y una intimidación para desarrollar libremente nuestra tarea como comunicadores y comunicadoras”, explica Gaudensi.

La fuerza de los sindicatos y los movimientos sociales

“Argentina está dando la batalla a este nuevo fenómeno de la ultraderecha en el mundo”

Ante esta situación, las principales centrales sindicales del país CGT y CTA, que son agrupaciones de sindicatos con alcance nacional, convocaron el pasado 27 de diciembre una masiva concentración frente a la Casa Rosada reuniendo a miles de personas que tenían claro que “sin derechos no hay democracia”. A pesar de que la protesta se realizó sin incidentes, se acabó reprimiendo por parte del gran despliegue de seguridad que hubo, llegando a detener a 6 personas.

El gobierno de Milei, profundamente antisindical, reprime las movilizaciones y la organización de los trabajadores y las trabajadoras. Como comenta Bruno, “hay una persecución de no dejar que el pueblo trabajador se movilice, pero sin duda no van a poder con la ola de los trabajadores, porque son los trabajadores organizados quienes marcan el ritmo de la protesta, de la defensa de los derechos de la Argentina”.

Borrás, por su parte, añade que las nuevas medidas económicas “están teniendo una gran resistencia en la sociedad”, por lo que el gobierno “ha generado un protocolo de seguridad donde criminaliza fuertemente la protesta social […] hay una persecución muy fuerte sobre dirigentes sociales”. Pero a pesar de ello, afirma que “Argentina está dando la batalla a este nuevo fenómeno de la ultraderecha en el mundo”.

La lucha continúa, y es por ello que CGT ha convocado un paro nacional el próximo miércoles 24 de enero al mediodía, al que se unen el resto de centrales sindicales CTA-A, CTA-T y UTEP. En su plan de lucha, piden una reunión plural con las demás centrales obreras para actuar conjuntamente frente al DNU.

Numerosos sindicatos de todo el mundo, entre los que se encuentra CCOO, han mostrado su apoyo incondicional a la huelga del próximo miércoles, llamando a la construcción de resistencia frente al avance de la ultraderecha en todos los países del mundo. Además, CCOO apoya la queja ante la OIT planteada por la CGT, CTA-T y CTA  en la que solicitan la intervención con carácter de urgente del Comité de Libertad Sindical por violaciones al Convenio sobre la libertad sindical y la protección del derecho de sindicación, 1948 (núm. 87) y al Convenio sobre el derecho de sindicación y de negociación colectiva, 1949 (núm. 98).

Coincidiendo con la jornada de protesta en el país austral, CCOO se movilizará, junto a otras organizaciones, el próximo día 24 ante la Embajada de la República Argentina en España para mostrar su solidaridad con el movimiento sindical argentino, en su lucha por preservar la democracia y los derechos conseguidos durante los 40 años de la recuperación democrática.