Revelando ausencias, luz sobre historias invisibles

Revelando ausencias”, el proyecto teatral basado en el drama de los bebés robados en España, llega al Auditorio Marcelino Camacho el próximo sábado 7 de octubre. Una iniciativa terapéutica, justa y necesaria. Pocas veces el teatro puede ser más fiel a la vida.

Dirección: Luis Lombardo. Texto: Eduardo Mesa.  Fotos y vídeo: Fran Lorente. Montaje y edición vídeo: Javier Barrio

A la ausencia no hay quien se acostumbre. Otro sol es tu sol, aunque te alumbre”, escribía el poeta Mario Benedetti. ¿Cómo es posible vivir cuando te han robado la vida? La ausencia, definida por la Real Academia de la Lengua como ese “tiempo en que alguien está ausente”, es una herida que no cicatriza nunca.

Ese tiempo en que alguien está ausente” puede durar toda una vida, como bien saben las tres mujeres que atraviesan en silencio un parque madrileño en una tarde rebosante de sol. Han venido para ensayar una obra de teatro al aire libre. Pero no es una representación al uso. Porque esta tarde van a encarnar el papel de sus vidas. De frente, el Museo del Ferrocarril. Lo que fue una antigua estación mantiene el aroma de los viejos tiempos. Y es posible cerrar los ojos e imaginar el frenesí de un día cualquiera. Las vías trazando viajes de ida y vuelta. Los andenes repletos. Las despedidas. Las esperas interminables. Pero el dolor te asalta cuando piensas que alguien te impidió subir al tren de tu vida. Que viste cómo se alejaba y te quedaste clavada en el andén sin billete ni equipaje.

A Irene le robaron a sus padres al poco de nacer. La arrancaron del pueblo de la Comunidad de Madrid donde había nacido y, tras pasar por la casa de un médico, fue entregada a un matrimonio pudiente. “Me enteré con 15 años de que soy adoptada de una forma muy cruel y muy fea. Y a partir de ahí te sientes mal, jamás te sientes en tu sitio, no estás donde perteneces, no te sientes querida, no te sientes”.

“Éramos jóvenes inexpertos. Y nos lo creímos. Nos creímos que había muerto. Nos dijeron que no nos preocupáramos, porque estaba muerta y enterrada. Nada más”

A Pilar le robaron a su hija en el año 73. Dio a luz en una clínica privada regida por las monjas de la Caridad. “Éramos jóvenes inexpertos. Y nos lo creímos. Nos creímos que había muerto, pero nos dijeron que no nos preocupáramos, porque estaba bautizada y enterrada. Nada más”.

Ximena Vera, dramaturga, directora teatral y psicóloga, es el pegamento que ha hecho posible poner sobre las tablas el drama de los bebés robados en España. Su proyecto de teatro documental “Revelando ausencias” es un puñetazo en el estómago de una sociedad adormecida. El grito de una generación de mujeres silenciadas por el franquismo, invisibilizadas, robadas. “Es un proyecto artístico y terapéutico que tiene la finalidad de construir un relato lo más inclusivo posible sobre las experiencias vividas por parte de familiares de bebés robados y de los propios bebés robados, intentando crear cierta conciencia social y construcción de memoria histórica de una parte importante de la historia, sobre todo la historia de las mujeres de nuestro país”, explica.

Historias de mujeres. Madres a las que arrebataron sus bebés. Hijas robadas de manera clandestina e impune. Hermanas conviviendo con la sombra de un hermano mellizo supuestamente fallecido. Historias. Tantas historias.

Pilar Navarro e Irene Meca, en primera persona, y Marisol Bravo (interpretando el papel de Soledad Luque Delgado, presidenta de la asociación “Todos los niños robados son también mis niños”) son tres voces resistentes. Contra la maldad. Contra la vergüenza. La burocracia de los hospitales. Contra el desaliento. El abandono de las instituciones. La perversión y el olvido.

70 años de impunidad

Y el miedo. Ese miedo metido en los huesos desde siempre. No hables, no mires. No te muevas. No contestes… Ni respires”. Un miedo sigiloso, insondable, como la zarpa invisible que es capaz de traspasar unas líneas de texto, un guión teatral y manchar el aire transparente de esta tarde de parque donde los niños juegan despreocupados y estas tres mujeres espantan sus demonios ensayando una obra de teatro, tan oscura, a plena luz del día.

Los gritos de los niños salpican la tarde de alegría. Juegan junto a sus padres y madres. Nada parece alterar la felicidad de este momento. Pero bajo nuestros pies se abre el reverso siniestro de la historia. Miles de niñas y niños fueron robados en España entre 1940 y 1990, según las principales asociaciones afectadas. Un capítulo negro de nuestro país que nunca ha estado en la agenda política, como denuncian las principales asociaciones de afectados.

El 27 de enero de 2011 se interpuso la primera demanda colectiva (impulsada por 261 familias) ante la Fiscalía General del Estado en la que se denunciaban casos de bebés robados en España desde principios de los años 50 hasta principios de los 90. La noticia es el punto de partida de este experimento de teatro documental. A través de la radio, las tres protagonistas, cada una en la soledad de su casa, toman conciencia del engaño en el que han vivido durante décadas. Comienzan a brotar, a borbotones, las preguntas, la sensación de vacío. Se inicia la lucha. De ventanilla en ventanilla. Puertas que se cierran. Respuestas que se niegan. Invisibilidad y desprecio. Y el dolor de la ausencia creciendo día a día. Solo en febrero de 2023 se consiguió desbloquear la Proposición de Ley de Bebés Robados en la Mesa del Congreso. ¿Cómo es posible haber soportado 70 años de impunidad? “Nuestra transición democrática tuvo muchos déficits estructurales. Entre ellos todavía existe el hecho de que la iglesia católica siga teniendo la capacidad de aportar datos o no de nacimientos teniendo documentos en su poder. Esto hace que se sitúen por encima de la Ley de Protección de Datos por ejemplo”, sostiene Ximena Vera.

Lo peor de la ausencia

Lo peor de la ausencia es haber vivido todos estos años, yo tengo ahora 70, sin saber a dónde perteneces, sin saber quién es tu familia, sin poner rostro a nadie de tu familia biológica. Y el estar siempre en esa continua búsqueda, en esas ganas de encontrar tus raíces, de conseguir buscarlos y encontrarlos”, relata Irene. Recientemente, el día de San Isidro de este mismo 2023, consiguió encontrar el rastro de sus familiares a través de pruebas de ADN. Sin apoyo de ningún gobierno, remarca, “nunca nos han ayudado. Deberían ser conscientes del daño que tenemos, que no se quita jamás”.

“Ningún gobierno nos ha ayudado a buscar. Deberían ser conscientes del daño que tenemos, que no se quita jamás”

Irene Meca

Después de tantos años un rayo de luz parece disipar, tenuemente, las sombras de su ausencia. Hay puertas que creía cerradas, pero que permanecieron entreabiertas contra el dolor y el olvido. «Y lo más bonito que me han dicho cuando llegué con ellos es que toda su vida se habló de mí en la familia y que toda su vida habían estado pensando qué habría sido de aquel bebé«.

Irene creció. Se casó. Tuvo dos hijas. Desde hace dos años disfruta de su nieto. Compartió la revelación de su ausencia con las compañeras y compañeros del colectivo de familiares de bebés robados, a los que conoció una mañana en una concentración en Plaza de Castilla y se convirtieron en su segunda familiaAl darse cuenta de que yo a mi edad haya podido encontrar a mi familia, lo que me decían era que eso les ha dado un chute de esperanza increíble».

A Pilar la ausencia le golpeó en diferentes fases. De maneras distintas. Primero se vistió de culpa. Más tarde de incredulidad. Desde 1973 hasta 2010 la ausencia de su hija fue «una muerte digerida». En 2010 comenzó su búsqueda que continúa hoy en día. Las preguntas la han torturado durante todos estos años. ¿Por qué? ¿Por qué a mí?

«Hay muchas, muchas víctimas que a algunas de ellas les pasa lo que me pasó a mí y es dar vueltas a la familia de uno. ¿Qué ha pasado en mi familia para que me quiten a mi hija? Entonces, claro, van surgiendo todos los antecedentes familiares de represaliados del franquismo por parte de mi padre y de mi abuelo con pena de muerte«.

Pilar Navarro

Porque, como denuncian las creadoras de «Revelando ausencias», el robo de bebés fue una forma más de represión de la dictadura franquista. Un castigo. Un eslabón más en la lucha de clases. «Esto empezó en la Guerra Civil, entonces, obviamente hay una motivación ideológica o un paraguas ideológico que genera esta situación. También creo que es importante decir que esto, contra lo que piensa mucha gente, se sostuvo hasta bien entrada la democracia. Hay madres que buscan bebés en los años 90», recuerda Ximena Vera. Se robaban bebés a mujeres jóvenes, empobrecidas, sin recursos. “Esto lo marcaría como sucesos que tienen que ver con la violencia contra las mujeres en un momento de máxima vulnerabilidad, como es cuando acaban de dar a luz”, añade la directora teatral.

“El robo de bebés fue una forma más de represión de la dictadura franquista, un castigo”

Ximena Vera

Teatro que cura

Irene y Pilar, sin ser actrices profesionales, han tenido el valor de doblegar al miedo y subirse a un escenario. Desnudarse como tal vez no hayan sido capaces de hacerlo antes. Además de aportar «su verdad», Ximena Vera encontró en ellas «un gran talento interpretativo«. Ese que han repartido ya en diferentes salas teatrales. ¿Qué notan en la mirada de los espectadores de «Revelando ausencias«? «Sobre todo, mucho cariño. No sé cómo explicarlo. Noto cariño, que te miran con una cierta ternura, que te miran con una sonrisa, una sonrisa en los labios y en los ojos. Te sonríen y es muy gratificante», relata Irene.

Pilar no pierde la esperanza de encontrar a su hija a pesar de los «muchos porrazos» recibidos. Una «rabia tremenda» es la gasolina para seguir luchando, para continuar la peregrinación de tribunal en tribunal. El teatro se ha convertido en otra herramienta para buscar la verdad. «El teatro te ayuda a avanzar en hablar a la gente, en comunicar a la gente en público. En quitarte el miedo. Porque el miedo es el que precisamente ha impedido hablar en las casas de todas estas cosas, ¿no?».

Teatro necesario. Teatro valiente. Teatro que también puede curar. «Hablamos mucho del estrés postraumático, de las escenas que se repiten, de los pensamientos intrusivos, pero también hay una posibilidad de crecimiento postraumático que tiene que ver con todo lo que tiene que movilizar una persona a nivel de sus recursos para vivir con una ausencia, para situarse en un lugar de resiliencia, de lucha, de activismo«, concluye Ximena Vera.

Un activismo que ha llevado a las asociaciones a presentar un proyecto de Ley de Bebés Robados hasta en tres legislaturas diferentes. Esperan que el próximo gobierno acabe de una vez con esta pesadilla. “Hasta ahora no han tenido voluntad política, no la han tenido. Pero nosotros no vamos a parar”, asegura Pilar.

El próximo sábado 7 de octubre en el Auditorio Marcelino Camacho de Comisiones Obreras de Madrid estamos invitados a una sesión de teatro curativo. «Revelando ausencias», la necesaria luz sobre historias invisibles.