“Es hora de que el feminismo entre también en las empresas”
Dirección: Luis Lombardo. Texto: Alejandra Acosta. Foto: Fran Lorente. Vídeos y edición: Javier Barrio y Fran Lorente
Analizamos de la mano de Lidia Fernández Montes, secretaria de las Mujeres de CCOO Madrid, el informe elaborado por el sindicato con motivo del 8-M sobre la situación de la mujer en el mercado de trabajo madrileño.
“Las mujeres hemos entrado en el ámbito laboral, pero los hombres no han entrado en el espacio doméstico”. Así resume la secretaria de la Mujer de CCOO Madrid, Lidia Fernández Montes, el trasfondo de las brechas que sufren las mujeres durante su trayectoria laboral, que les impiden planificar sus vidas y que impactan después en sus pensiones. Doctora en Estudios Interdisciplinares de Género y experta en teoría política feminista, Montes reclama servicios públicos de gestión social de los cuidados y denuncia el enfoque androcentrista de las políticas públicas, especialmente en la Comunidad de Madrid, a las que el sindicato va a hacer frente con un despliegue de la acción feminista en los centros de trabajo para que se cumplan los planes de igualdad. “Va a ser una pelea muy activa”, avisa.
"Las mujeres reclamamos algo tan elemental como vivir y trabajar en condiciones de igualdad"
Madrid Sindical.- Llevamos dos años de pandemia y, al menos en términos de empleo, las mujeres vuelven a salir peor paradas, según CCOO.
Lidia F. Montes.- Es una realidad que denuncia CCOO y que corroboran los datos oficiales. A día de hoy, en nuestra región hay 9.400 mujeres menos trabajando que antes de la pandemia, mientras que hay 10.400 hombres más. Es decir, los hombres mantienen e incluso mejoran su tasa de ocupación mientras que la de las mujeres ha empeorado. Y este retroceso ha sido más acusado en Madrid que en otras comunidades autónomas.
MS.- ¿Y a qué lo achaca?
LFM.- A que las políticas públicas que se implementan para salir de una crisis, que son una herramienta fundamental, se deciden desde de lo masculino, es un enfoque androcéntrico, no son neutrales porque claramente no tienen en cuenta las brechas ni los derechos de las mujeres. Durante la pandemia se nos ha llenado la boca hablando de la importancia de los cuidados, pero no se ha hecho nada para mejorar las condiciones de un sector claramente feminizado. Los Planes de Recuperación Europeos iban a ser verdes, digitales, a promover la cohesión social y la igualdad de género, y son verdes y digitales, pero de los otros dos nos hemos olvidado. En la Comunidad de Madrid la situación es peor porque tenemos un Gobierno que no se toma en serio los problemas de desigualdad entre hombres y mujeres.
“En Madrid tenemos un Gobierno que no se toma en serio los problemas de desigualdad”
MS.- ¿Veremos cambios sustanciales con los planes de igualdad en las empresas?
LFM.- Desde este 7 de marzo se han incorporado a la obligación de tener planes de igualdad las empresas que tengan entre 50 y 100 trabajadores, que son más de 3.200 en la Comunidad de Madrid. Lo que se propone CCOO Madrid en este curso político es hacer de los planes de igualdad su eje central de campaña para que la representación legal de las personas trabajadoras despliegue la acción feminista en todos los centros de trabajo mediante las fórmulas que consideren más idóneas. Va a ser una pelea muy activa.
MS.- La igualdad retributiva encuentra resistencias. ¿Cuál es el principal obstáculo?
LFM. Hay una ausencia total de corresponsabilidad en los cuidados. Las diferencias en las retribuciones están en los complementos salariales. ¿Quién se puede permitir tener disponibilidad horaria, alargar la jornada, trabajar de noche o por turnos? Se lo pueden permitir los hombres porque las mujeres seguimos asumiendo mayoritariamente las tareas de cuidados. El informe que hemos elaborado en CCOO muestra que el 76% de las casi 10.000 excedencias de 2021 por cuidados familiares en la Comunidad de Madrid son de mujeres. Ahí radica el problema. Las mujeres hemos entrado en el ámbito laboral, pero los hombres no han entrado en el espacio doméstico. Y luego se llevan las manos a la cabeza porque tenemos las tasas de natalidad más bajas del mundo. Los registros y auditorias retributivas que establecen los planes de igualdad en las empresas van a ser muy importantes para corregir este obstáculo, pero además hace falta que el Estado también se involucre para que haya servicios públicos de gestión social de los cuidados.
“Hace falta que el Estado se involucre para que haya servicios públicos de cuidados”
“La precariedad laboral expone a las mujeres a un mayor riesgo de sufrir violencia machista”
MS.- Parece tarea imposible derribar el mito de que cuidar es una tendencia natural en las mujeres.
LFM.- Lo explica muy bien Kate Millet. La histórica feminista norteamericana nos recuerda que el patriarcado es un sistema socializador tan perfecto, viene de tan lejos y la aceptación de sus valores es tan universal que nos cuesta asociar patriarcado a sometimiento. Uno de los valores patriarcales más arraigados es el de considerar que lo natural es que las mujeres se ocupen de cuidar, lo que en el ámbito laboral se traduce directamente en más precariedad, más parcialidad y mas temporalidad. Tenemos que ser conscientes de que esta desigualdad no es una normalidad, de que hay una parte de la población que vive de forma privilegiada a costa del sobresfuerzo de las mujeres. El informe que elabora la Red Europea de Lucha contra la Pobreza afirma que la discriminación de género en el mercado de trabajo es uno de los factores que más incide en la pobreza que sufren las mujeres. Las mujeres somos más de la mitad de la población y reclamamos algo tan elemental como vivir y trabajar en condiciones de igualdad.
MS.- ¿Influye la precariedad laboral es un mayor riesgo de sufrir violencia machista?
LFM.- El tener condiciones de trabajo precarias e inestables dificulta a las mujeres poder planificar su vida a largo plazo y también les resta autonomía, dos circunstancias que las exponen a un mayor riesgo de sufrir violencia machista tanto en el ámbito laboral como en el espacio privado.
“Una parte de la población vive de forma privilegiada a costa del sobresfuerzo de las mujeres”
MS.- La cuarta ola feminista ha puesto el foco en las violencias contra las mujeres, violencia física pero también institucional, justicia patriarcal, violencia sexual, económica… ¿Violencia y desigualdad se retroalimentan?
LFM.- La violencia de género es la máxima expresión de la desigualdad entre hombres y mujeres, pero me interesa mucho subrayar que es también un mecanismo de control que la alimenta, la afianza y la consolida. Es fundamental entender esto.
MS.- Su investigación sobre “El tratamiento de la violencia contra las mujeres en los programas electorales” evidencia que no hay un verdadero compromiso político para erradicarla.
LFM. Mi investigación se centró en los programas con los que los partidos políticos se presentaron a las elecciones generales de 2015 y a su posterior repetición en 2016, y los resultados dejan mucho que desear por el escaso espacio que le dedican tanto a la promoción de la igualdad como a la violencia contra las mujeres. He revisado los programas de elecciones posteriores y más de lo mismo, falta de atención y propuestas vagas, y ahora con el peligro tremendo de Vox y su propuesta de suprimir la Ley de Violencia de Género. Vox no debe formar parte de ningún gobierno. Nos va la vida en ello.