Trabajadoras de rodillas llorando de impotencia

“He visto a trabajadoras de rodillas llorando de impotencia”, rememora un delegado de Prevención de Riesgos Laborales de CCOO en una residencia de mayores gestionada por DomusVi. Está de baja por depresión desde hace ocho meses y prefiere no identificarse. Asegura que los responsables sindicales alertaron a principios de marzo de 2020 en el comité de empresa del inminente peligro que se cernía sobre los geriátricos de no tomar medidas contra el coronavirus: “Nos decían que era una gripe como otra cualquiera, que estábamos exagerando y que no nos pusiéramos mascarillas porque asustábamos a los abuelos”

El 5 de marzo de 2020, Juani Peñafiel, responsable en CCOO de Residencias y Centros de Días Privados y Concertados de la Comunidad de Madrid, en una reunión del comité de empresa, pidió que se abordara un plan de actuación contra el coronavirus. También la tildaron de alarmista e hicieron oídos sordos, y así el covid siguió desplegando sus tentáculos sobre una población anciana completamente desprotegida.

“Son 13 compañer@ aislados en sus domicilios y solo han contratado dos nuevos”

“Fue un cóctel molotov”, declaró entonces Peñafiel en una entrevista para Madrid Sindical . “La mortalidad se disparó. Lo máximo que yo había vivido en mis 20 años como gerocultora eran dos muertes en un día, excepcionalmente tres, pero ahora nos encontramos hasta con ocho muertes diarias”. La gerocultora mantiene que las residencias fueron el mayor foco de contagios en Madrid y que tanto la Administración como las empresas fueron siempre por detrás de lo que reivindicaban las trabajadoras. “Claro que se podrían haber evitado muertes, y muchas”, insiste. 

En la residencia del delegado de prevención gestionada por DomusVi, donde la mayoría son grandes dependientes, murieron 39 ancianos y ancianas durante la primera ola. De 150 quedaron 111. “Enjaularon a los residentes en sus habitaciones. Yo les conocía desde hace mucho tiempo y he reído y llorado con ellos. Sentía una rabia enorme, no solo por la muerte en sí, también por la forma horrible en la que murieron. Cuando se contagiaban y estaban graves no los trasladaban a los hospitales, no sabíamos por qué. Nadie nos informaba”.

Juani Peñafiel, responsable en CCOO de Residencias y Centros de Días Privados y Concertados de la Comunidad de Madrid

“Los que sobrevivieron estaban desnutridos. Me costaba reconocerlos”

El 19 de marzo de 2020, en un comunicado a los trabajadores, este delegado de CCOO escribió: “Ya no sé cómo denunciar esto. Son 13 compañer@ aislados en sus domicilios con fiebres altas y solo han contratado dos nuevos. (…/…). Tres plantas para una sola enfermera cuando tendrían que ser dos como mínimo, no dando abasto en las necesidades de cada uno, salen apenadas…”. El sindicalista cuenta que algunos ni comían. “Los que sobrevivieron estaban desnutridos, no te lo puedes imaginar. Me costaba incluso reconocerlos”. 

“No solo murieron por coronavirus”, subraya Peñafiel. “Si a un gran dependiente que está inmóvil en una cama no le hidratas ni le alimentas ni le procuras los cuidados diarios que necesita porque sencillamente te quedas sin personal y no lo sustituyes, no hace falta decir cómo acaba ese dependiente”