“La política de la derecha genera desigualdad y compromete la reconstrucción en Madrid”
Fotos, vídeo y edición de vídeo: Fran Lorente y Javier Cantizani
“La desigualdad en la región obedece a un sistema impuesto por la élite económica”

Llegó a la secretaría general de CCOO de Madrid en plena resaca de la gran crisis financiera y se marcha, tras cumplir dos mandatos, en medio de un tsunami pandémico que ha exigido al sindicato aumentar la velocidad de crucero cuando más arreciaba la tormenta. Todo en un contexto de inestabilidad política permanente en una Comunidad que ha tenido que cambiar la presidencia cinco veces en ocho años debido a la corrupción. Jaime Cedrún, vallisoletano, profesor de Física y Química, con más de cuarenta años años de militancia sindical, confía en que el XII Congreso alumbre “una organización unida, que culmine los avances en igualdad, con buenos equipos y una estructura ágil, dinámica y flexible para seguir defendiendo con solvencia a la clase trabajadora”.
“Tenemos que crear riqueza y distribuirla, no acumularla a costa de la clase trabajadora”
Madrid Sindical.- Igual le da tiempo antes de irse a conocer a un sexto presidente o presidenta.
Jaime Cedrún.- Estas elecciones responden únicamente al interés particular de Isabel Díaz Ayuso. En todo caso, sería un buen regalo de despedida si eso significa que la Comunidad de Madrid consigue al fin un gobierno progresista que defienda a las trabajadoras y trabajadores después de casi tres décadas de ejecutivos inestables trufados de corrupción del PP, de políticas neoliberales que solo favorecen a los especuladores y generan precariedad laboral y desigualdad, de desmantelamiento de los servicios públicos, de crispación y descrédito institucional y con la amenaza cada vez mayor del fascismo y sus provocaciones. Madrid necesita con urgencia un gobierno progresista que recupere el pacto social para afrontar la reconstrucción.
MS.- El PP presume de que su modelo económico ha creado mucha riqueza en la Comunidad de Madrid
JC.- Sí, crecemos más, pero lo único que favorece el modelo económico de la derecha es la acumulación de riqueza en pocas manos, que es bien distinto. Un modelo basado en la explotación del suelo, la especulación, la privatización de los servicios públicos, los bajos costes laborales y el empleo temporal y que obtiene grandes beneficios de la clase trabajadora y los acumula en los bolsillos de los más ricos a base de bajar salarios, establecer condiciones precarias y hacer regalos fiscales. Un modelo que tampoco genera una actividad económica de raíces sólidas. Ahí están los datos del Banco de España. De las 50 provincias españolas, Madrid está entre las once donde más ha caído el Producto Interior Bruto en 2020, un 10,5%, y las estimaciones de crecimiento del empleo para 2021 sitúan a nuestra comunidad por debajo de la media en España, el 1,7% frente al 1,9%. La precariedad laboral no sirve para crear empleo estable en época de crecimiento y en crisis como ésta lo destruye a velocidad de vértigo a pesar de los ERTE. En Madrid se dilapida el potencial que tiene, va mal la salud, va mal la economía y va mal el empleo. Salta a la vista.
“En Madrid va mal la salud, va mal la economía y va mal el empleo”
MS.- Philip Alston, el relator de la ONU, advirtió hace un año sobre los niveles de pobreza y la falta de políticas sociales en la región. Escribió en su informe que “o bien el sistema está estructurado adrede para excluir a los más pobres, o está extremadamente mal diseñado«. ¿Por qué opción se inclina usted?
JC.- El Informe que el equipo económico de CCOO elaboró en 2019 se adelantó al de la ONU al denunciar que más del 20% de la población madrileña está en situación de extrema pobreza como consecuencia directa de las políticas del PP. Carecemos de un sistema de protección y de ayudas porque los gobiernos del PP hace tiempo recortaron y privatizaron los servicios sociales. Las colas del hambre en Madrid desde el inicio mismo de la pandemia nos avergonzaron ante el resto de Europa. Tiene razón Alston, como también lo había puesto de manifiesto CCOO, al apuntar que la pobreza y la creciente desigualdad en Madrid obedece a un sistema clasista perfectamente pensado e impuesto por la élite económica que, además, se complementa con una región rota, un desarrollo regional desequilibrado con un noroeste rico y un sureste pobre. Una forma de violencia contra la ciudadanía que tiene un elevado coste porque genera segregación, desigualdad, altera la convivencia y la cohesión social y debilita las instituciones, el mejor caldo de cultivo para los conflictos sociales y el crecimiento de las formaciones de ultraderecha. Es la negación de la libertad para todos. Ha pasado en Estados Unidos con el modelo trumpista y está pasando aquí.
MS.- Pequeños empresarios del sector de la hostelería y el comercio, muy afectados por la pandemia, piden desesperadamente ayuda. Se sienten desamparados.
JC.- ¿Y a quién piden ayuda? A las Administraciones Públicas, a quién si no. Recuerdo que justo antes de declararse la pandemia el PP hizo una campaña contra la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, recurriendo de nuevo a su famoso mantra de que el dinero donde mejor está es en el bolsillo de los contribuyentes y presumiendo de que llevan años bajando impuestos en Madrid. Es un mensaje dañino, antisocial y antipatriótico donde los haya porque socava los cimientos mismos del concepto de sociedad democrática, de comunidad, al transmitir que pagar impuestos es malo, cuando es un mandato constitucional fundamental para mantener el estado del bienestar. Son los impuestos lo que hacen posible que tengamos sanidad, educación, justicia, protección social, ayudas también para los empresarios cuando vienen mal dadas. ¿Y ahora qué les dice Ayuso a los hosteleros? ¿Que el dinero está en no se sabe qué bolsillos? No, claro. Tiene la desvergüenza de echar balones fuera y culpar al gobierno de Pedro Sánchez, como si los fondos estatales no salieran también de los impuestos. O se inventa lo de comunismo o libertad para no tener que rendir cuentas.
MS.- Qué sinsentido.
JC.- Por eso necesitamos un gobierno que recupere el protagonismo de la gestión pública y no la deje en manos del poder económico como ocurre ahora, que no anteponga los intereses de los más fuertes sobre los de la mayoría, con voluntad de dialogar, que restablezca el pacto social, un gobierno que se comprometa y vele por el bienestar y la mejora de las condiciones de vida de toda la población, que se responsabilice del cuidado de los más vulnerables y que rescate y fortalezca los servicios públicos, que son un derecho no un negocio. No se puede entender que siendo la Comunidad más rica de España sea la que menos gaste en educación, sanidad y servicios sociales. Una parte del incremento de los fallecimientos en las residencias de mayores está directamente relacionada con la codicia de los intereses privados que ampara el modelo de gestión del PP. La gente tiene que ser consciente de qué nos jugamos y no dejarse engañar. Los asesores de Ayuso se inventan lemas y frases para eludir el debate de lo que de verdad importa y de paso no asumir las responsabilidades del enorme desastre de su gestión durante la pandemia. La antipolítica que practica Ayuso es tramposa, muy peligrosa, y compromete la reconstrucción de Madrid.
“Sostener que los impuestos son malos es un mensaje dañino y muy poco patriótico”
MS.- ¿Qué modelo propone CCOO para Madrid?
JC.- La Comunidad de Madrid tiene una capacidad enorme para movilizar recursos. Su atractivo para los inversores no tiene nada que ver con las políticas del PP. Madrid alberga la capital del país por lo que la mayor parte de las inversiones del Estado repercuten en la región de una u otra forma, tiene grandes infraestructuras de comunicaciones, instituciones universitarias y de investigación y ciencia, una oferta de turismo cultural y de ocio muy atractiva, una climatología benigna, una situación geográfica estratégica y una población activa muy formada, que por cierto está infrautilizada. Puede y tiene que optar obligatoriamente por otro modelo de actividad socioeconómica, laboral y de cultura empresarial y afrontar nuevos modelos productivos que no se sostengan sobre la precariedad laboral como se ha hecho hasta ahora y cuyos beneficios se extiendan al conjunto de la población. La revolución tecnológica y digital, la transición ecológica, la igualdad entre hombre y mujer y el trabajo decente son exigencias que ya estaban aquí y que la pandemia ha acelerado. Y esto afecta a todo nuestro sistema de producción de bienes y servicios: replantea el sector industrial, limitado por falta de políticas públicas regionales, y el sector de servicios, sobre todo en el del turismo y el de cuidados; reclama una inversión potente en I+D+i y Ciencia, y exige acometer un plan de digitalización para terminar con la brecha digital en pymes y en las familias. Respecto a la creación de riqueza y su distribución es imprescindible abordar la equidad en la fiscalidad, la protección social y el refuerzo de la negociación colectiva.
MS.- ¿Cómo resumiría el balance de sus dos mandatos al frente del sindicato?
JC.- Ha sido una época muy convulsa en todos los sentidos, pero las Comisiones Obreras de Madrid han sabido resistir a los embates contra la clase trabajadora y crecer como organización. CCOO mantiene su ADN basado en la estrategia de presionar para negociar y su autonomía sindical sin ser correa de transmisión de ningún interés ni de ningún partido político. Hemos avanzado y crecido. Y además somos el sindicato feminista, un logro del que me siento especialmente orgulloso.
“El modelo neoliberal de la derecha en Madrid es una máquina de desigualdad y pobreza”
MS.- Y de repente la pandemia…
JC.- En una situación tan inesperada y excepcional supimos reaccionar de inmediato, con unidad y coordinación y nos convertimos en la referencia de este país para informar y asesorar a la clase trabajadora, afiliada o no afiliada. En pocas semanas fuimos capaces de reinventarnos, tanto sindicalistas como plantilla del sindicato. Es una de tantas lecciones de unidad que no debemos olvidar. El futuro de las Comisiones Obreras de Madrid pasa por la unidad, por la generosidad y la inteligencia para prever los cambios y cómo estos afectan a la ciudadanía, que en su mayoría es clase trabajadora. Nuestro sentido como sindicato es conquistar y defender sus derechos.
MS.- Da la impresión que la pandemia ha borrado de nuestra memoria todo lo anterior.
JC.- Comisiones Obreras es el principal sindicato de clase de España y de Madrid. Nuestra fuerza ha sido determinante en este mandato para parar los recortes salariales, de pensiones, de derechos laborales, de los servicios públicos y las privatizaciones y para abordar su recuperación. Tanto en el ámbito confederal con las firmas del Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC), con la recuperación salarial y el salario mínimo de 14.000 euros como con los acuerdos de negociación colectiva en el sector público en todos los ámbitos y el impulso de todos los convenios. Asimismo, con la mejora del SMI o la revalorización de las pensiones. Ha sido un periodo de lucha contra la precariedad, la de siempre y la nueva de las plataformas digitales. Se están consiguiendo los avances ahora pero sigue estando la gran barrera del Reforma Laboral, todavía sin derogar ni parcial ni totalmente. Vencimos en la defensa del derecho de huelga con la derogación del artículo 315.3 del Código Penal, pero seguimos teniendo encima la espada de Damocles de la ley mordaza, aún sin derogar.
MS.- ¿Derogar la Reforma Laboral empieza a parecer un imposible?
JC.- La pandemia ha retrasado reformas y cambios pero la derogación de la Reforma Laboral tiene que hacerse sí o sí antes de que acabe la legislatura, es un claro acuerdo del Gobierno PSOE-UP y, además, está más que demostrada su ineficacia económica y social. Los sindicatos de clase seguimos presionando y negociando para construir unas nuevas relaciones laborales. Para CCOO ningún gobierno, sea del signo que sea, tiene un cheque blanco. No podemos obviar que la pandemia ha obligado a un colosal esfuerzo en ministerios clave como el de Trabajo. Un esfuerzo en el que hay que reconocer también a los agentes sociales porque sin el escudo social que entre todos hemos construido la situación sería terrible, inimaginable en una comunidad como la de Madrid, que se limita a vivir de los fondos estatales con una descarada ausencia de transparencia.
“La tragedia en las residencias de mayores va unida a la codicia de los intereses privados”

“Nuestr@s delegad@s han hecho una labor impresionante para garantizar las medidas de seguridad”
MS.- Muchas personas están preocupadas por los ERTE. Hay incertidumbre sobre qué ocurrirá cuando finalicen y malestar por las dificultades para cobrarlos.
JC.- Pensamos en un primer momento que iba a ser una crisis en la que se paraba la actividad y luego se recuperaba, pero la situación se alarga con las nuevas olas. En la Comunidad de Madrid llegamos a tener 560.000 trabajadores en ERTE y hoy tenemos 100.000, de los que una tercera parte está en un ERTE parcial. Así y todo, si siguen sin llegar las ayudas directas y se ralentiza la vacunación muchas empresas van a tener serias dificultades para continuar.
MS.- ¿Colapsó el Servicio de Empleo (SEPE)?
JC.- La pandemia ha dejado en evidencia los efectos de los recortes emprendidos durante la Gran Recesión por el gobierno de Mariano Rajoy. La derecha opta por adelgazar servicios públicos y cuando nos damos cuenta de que son imprescindibles nos llevamos las manos a la cabeza. La avalancha de los ERTE, cuando antes de la pandemia apenas se gestionaban 1.500 al mes, pilló al SEPE diezmado en plantillas y sin haber emprendido una mínima modernización. Su precariedad ha sido manifiesta ante el último ataque informático. Si añadimos que las empresas tampoco estaban preparadas, la tramitación de los ERTE y el cobro de la prestación cayeron como un alud sobre las administraciones. Lo han resuelto en su práctica totalidad pero quedan expedientes sin resolver, y no hay justificación ninguna, como tampoco la hay para los errores, la falta de un servicio de información solvente o la resolución de aspectos pendientes como los complementos por hijos.
MS.- La pandemia ha acelerado cambios en la forma de trabajar. Una de ellas, el teletrabajo.
JC.- No ha habido teletrabajo, ha habido trabajo en casa. Se respondió como se pudo, pero sin unas condiciones normalizadas o reguladas. Es verdad que ahora, gracias fundamentalmente a los acuerdos de CCOO, UGT, la Patronal y el Ministerio de Trabajo, se está actuando bien, pensando en los trabajadores y trabajadoras. Tengo que hacerle ese reconocimiento público a la ministra Yolanda Díaz y a su equipo. Ha sido sensible a nuestras reclamaciones y ha conseguido con sindicatos y empresarios un acuerdo que regula las condiciones sobre cómo tiene que ser el teletrabajo, la voluntariedad del trabajador, etc. Aún queda la tarea principal, su desarrollo en los convenios y en los acuerdos con las Administraciones.
MS.- ¿Cómo afecta esta crisis al sindicalismo?
JC.- Refuerza lo que ya veníamos abordando. Acentuar el carácter sociopolítico de CCOO y su alianza con las organizaciones de la sociedad. Reorganizarnos, renovarnos, incorporar nuevos elementos para ser más eficaces en el sindicalismo de proximidad a quien trabaja. La vía telemática abre la posibilidad, por ejemplo, de llegar a muchos trabajadores y trabajadores que están en la pequeña empresa, que no tienen representación sindical. Lo presencial siempre va a ser clave, fundamental, porque sindicalismo y presencialidad tienen que darse para que haya organización. Por supuesto, estamos abiertos a nuevas fórmulas de organización y a encauzarlas en la actividad sindical.
“CCOO llegó a atender en Madrid un millón de consultas de trabajadores al inicio de la pandemia”
MS.- Al hilo de las elecciones usted insiste en que se hable de Madrid. Empecemos por logros institucionales del sindicato. ¿Qué avances destaca en ese tiempo tan cercano y tan lejano previo a la pandemia?
JC.- Hemos aprovechado las grietas de los gobiernos de la derecha para conseguir logros parciales. Paramos las privatizaciones más importantes, como la sanitaria; acordamos con la Consejería de Políticas Sociales mejoras en el modelo de residencias para mayores; se ha recuperado, aunque tímidamente, parte del presupuesto de los servicios públicos, así como la negociación colectiva en los mismos, y avanzamos en las clausulas sociales en la contratación pública y las condiciones laborales del personal de las contratas. Somos la región con el nivel de accidentabilidad más bajo, lo que guarda relación con los planes directores de Salud y Seguridad acordados con empresarios y administración. Igualmente, arrancamos un Pacto por la Industria, reclamado durante lustros, y que ahora toca implementar. Han sido cuatro años donde la lucha por la igualdad entre mujeres y hombres y contra todo tipo de discriminación ha tomado un impulso extraordinario y en la que sindicato ha estado metido de hoz y coz. En un contexto de transformaciones impresionantes que se suceden a velocidad de vértigo el sindicato está muy atento a cómo esos cambios afectan a las condiciones y relaciones laborales, salariales y vitales de la clase trabajadora. Un primer avance ha sido el reconocimiento con un acuerdo social de la laboralidad a los trabajadores de las plataformas digitales. Estamos vigilantes.
MS.- ¿Se ha amoldado el sindicato a la mayor precariedad y movilidad laboral?
JC.- Nunca vamos a considerar la precariedad como un hecho permanente o estructural como teorizan los ultraliberales, y con más razón si se considera que son las mujeres las que más lo sufren, porque tiene una alto componente de desigualdad de género. Luchamos contra ello y para hacerlo necesitamos una estructura mucho más flexible, en la que la organización territorial juegue también un papel importante en la acción sindical, en la atención a los trabajadores y trabajadoras. Se han empezado a poner en marcha iniciativas de cooperación entre todas las organizaciones sectoriales con el territorio, de manera que podamos llegar a esos cientos de miles de personas que no tienen una empresa de referencia, que están cambiando permanentemente, que pasan del paro a un trabajo temporal, de un sector a otro. El sindicato tiene que avanzar en la correspondiente transformación para llegar a las nuevas realidades laborales. Tenemos que ir más deprisa, impulsar y adaptarnos mucho más, eliminar las rigideces internas y funcionar de una manera más cooperativa entre organizaciones sectoriales y territoriales.
MS.- ¿Tiene claro CCOO de Madrid cuáles son las líneas de trabajo externas e internas?
JC.- En este mandato se han definido claramente las coordenadas de trabajo en el orden externo respecto al diálogo social, las propuestas de reconstrucción, la acción sociopolítica y a la alianza que hemos tejido con la sociedad. Igualmente, están perfectamente definidas las líneas reivindicativas y las estrategias para seguir avanzando. Lógicamente esas líneas se pueden revisar, y en todo caso habrá que profundizar en ellas en el XII Congreso. Lo mismo en el orden interno. Se ha dado un salto importante, no solo en la extensión electoral sino también en los planes de afiliación, que están dando resultado, y en el desarrollo organizativo.
MS.- ¿Cuál es el desafío inmediato para la nueva dirección sindical que se elija en el XII Congreso?
JC.- El gran desafío es acometer el duro camino de la reconstrucción en Madrid. Va a haber espacios muy duros de negociación y de reivindicación que requieren una organización unida y muy bien armada, con capacidad y buenos equipos de gestión. Y desde luego, con una estructura dinámica y flexible para avanzar con todos los trabajadores y trabajadoras y con toda la afiliación, que va a ser clave en el próximo mandato. La Asamblea de Madrid aprobó un dictamen para la reconstrucción del que participamos agentes sociales y expertos. Se hizo un gran trabajo y no podemos permitir que se convierta en papel mojado y se destine, como pretende la derecha, un gran volumen de estos fondos otra vez a macroproyectos de infraestructuras innecesarias.
“El diálogo social con Ayuso esta lastrado por la falta de voluntad y el permanente bloqueo”

“Va a haber espacios muy duros de negociación que requieren un sindicato unido”
MS.- ¿Qué valoración haces del diálogo social? ¿Cómo han sido las relaciones con patronal y gobierno regional?
JC.- Con el Gobierno de Cristina Cifuentes tengo que reconocer que se recuperó el diálogo social y se abrieron mesas en las que se daba un impulso a la estrategia por el empleo, a los planes de salud laboral y se aprobó el Plan Industrial, aunque quedaron cuestiones sin resolver, como en materia de sanidad o el pacto por la Educación. Pero el gobierno de Ayuso, totalmente supeditado a la extrema derecha, ha realizado una gestión nefasta y ha sido profundamente inútil. La única ley que han aprobado es una Ley del Suelo que retrocede a tiempos pasados, además de poner en marcha otra universidad privada. El diálogo social ha sido parcial y circunscrito a materias ya iniciadas o a la colaboración en materia de ERTE o de prevención del contagio en los centros de trabajo. Y siempre lastrado por falta de voluntad y permanente bloqueo. Llegabas a acuerdos con un consejero y otro consejero los boicoteaba. No ha sido posible llegar a un gran acuerdo social entre gobierno, patronal y sindicatos para hacer frente a la pandemia. Primero con medidas de rescate, para que nadie se quedara atrás, no solo con los ERTE, ceses de actividad, o ayuda a los autónomos, también para complementar los ERTE como ha sucedido en otras comunidades. Ayuso se negó haciendo una absoluta dejación de funciones. Hay personas que han perdido el 30% de su salario, que están cobrando 500 euros y que lo están pasando muy mal. El PP los ha abandonado a su suerte.
MS.- Imposible hablar de la Comunidad de Madrid y no mencionar a Telemadrid
JC.- Telemadrid en su nacimiento sirvió como elemento unificador y de identidad de una región muy artificial, cuyos habitantes eran fundamentalmente personas de otras regiones. Ha sobrevivido a los intentos de Esperanza Aguirre, Ignacio González y Ayuso de acabar con ella. Gracias a la nueva composición de la Asamblea con la pérdida de la mayoría absoluta del PP y a la movilización sindical y social hay una nueva ley y una elección consensuada de su director general que esta cumpliendo bien con su función. En 2020 ha conseguido su mejor dato de audiencia en los últimos nueve años, con un superávit de 4,6 millones. Los datos refuerzan lo que viene defendiendo el comité de empresa, que se puede gestionar de forma independiente y eficiente. Y así debe seguir.
MS.- ¿Algún consejo a su sucesora?
JC.- Más que consejo, destacaría la importancia de mantener una adecuada coordinación, la búsqueda de consensos internos y un buen trabajo entre estructuras, además de no perder de vista que la clase trabajadora tiene como referente las siglas de CCOO y no a un sector o un territorio.
MS.- Después de 43 años en la actividad sindical, los últimos 30 en CCOO de Madrid, ¿ahora qué?
J.C. Hace 47 años asumí un compromiso militante de lucha por la libertad y la igualdad y contra la dictadura franquista. Era 1974. Milité en el movimiento estudiantil, en la acción política con el PCE, en el ejército y, desde 1978, en el movimiento obrero dentro de CCOO. El Madrid de los 80 me sedujo y después de impartir la docencia en Valladolid y Vizcaya pedí el traslado a Madrid. Y es aquí donde la militancia se convirtió en dedicación a tiempo completo con responsabilidades de dirección. Con esta trayectoria solo me cabe afirmar lo que aprendí de grandes sindicalistas, que una persona comprometida con su clase se jubila del trabajo pero del compromiso nunca.
“Yolanda Díaz ha conseguido con sindicatos y empresarios un gran acuerdo”

“El “comunismo o libertad” de Ayuso es camuflaje para no rendir cuentas”
CCOO de Madrid trabaja y crece
CCOO sigue ganando las elecciones sindicales en Madrid -la diferencia respecto al segundo sindicato es de tres mil delegados- y la afiliación, a pesar del parón de la pandemia, ha crecido en más de diez mil personas hasta situarse en 148.000, muy cerca del objetivo marcado en este mandato de llegar a 150.000. Una recuperación que cobra especial valor si se compara con la situación de 2013 cuando la caída fue de 10.000 afiliados.
Jaime Cedrún se siente orgulloso del papel que han jugado las Comisiones Obreras durante la pandemia “Todas nuestras delegadas y delegados han hecho un trabajo impresionante. La batalla que hemos tenido que dar para que se garantizaran las medidas de seguridad y salud en el trabajo ha sido épica hasta que conseguimos en abril del pasado año que no hubiera contagios en los centros de trabajo. Ha sido una pelea muy importante. Sindicalistas de la sanidad, de las residencias, de la limpieza, de los supermercados, el personal de seguridad han estado dando la cara y arriesgando su propia salud para garantizar a la población todo lo necesario para la vida aún estando confinados”.
Destaca la labor presencial y también desde el telesindicalismo. “Pusimos toda la estructura en teletrabajo y hemos sido un factor clave a la hora de informar y de defender los intereses de los trabajadores, especialmente, durante el confinamiento. Hemos llegado a atender más de un millón de incidencias entre asesoramientos, información, a través de la web y de las guías que hemos puesto en marcha. La plantilla de CCOO se ha entregado al cien por cien. Toda la organización ha estado las 24 horas del día dedicada a responder, a informar, a asesorar, a ayudar”.
Huye de la complacencia y reconoce que el sindicato necesita ganar en agilidad para llegar a todos los centros de trabajo y a la sociedad madrileña en general. “Avanzamos, sí, en este mandato pero no podemos estar satisfechos ni de lejos con los resultados mientras un millón de trabajadoras y trabajadores se pasan su vida del paro a la precariedad y viceversa en la región más rica de España”. “Estamos en un momento de oportunidad para cambiarlo, en el que se va a decidir el rumbo de la sociedad española, de nuestro mercado laboral, de nuestro modelo productivo para los próximos diez años. Por tanto, es extraordinariamente importante que nos pongamos con mucha más intensidad manos a la obra”.
“Necesitamos un gobierno progresista que recupere el pacto social para afrontar la reconstrucción”
Digitalización, sostenibilidad y feminismo
Digitalización, sostenibilidad, cohesión social e igualdad son para el secretario general saliente los pilares sobre los que se debe construir el futuro, en la línea que establecen la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, con transiciones climática y digital justas. “En esos pilares debe sostenerse la revolución laboral y empresarial que hay que impulsar con los fondos europeos next generation para la recuperación (140.000 millones de euros) y que pueden suponer la creación de cientos de miles de puestos de trabajo. Ese dinero debe estar convenientemente fiscalizado, especialmente en la Comunidad de Madrid, donde tradicionalmente la derecha derrocha los fondos públicos en beneficio de determinado empresariado”.
El Gobierno de España, apunta también, debe establecer garantías para un trabajo seguro, con derechos y protección social; salarios mínimos vitales; protección social universal, incluyendo a las trabajadoras y trabajadores de la mal llamada economía informal; servicios públicos universales y de calidad en sanidad, educación y cuidados; igualdad en la participación económica de las mujeres, de todos los grupos raciales, migrantes y jóvenes, y su protección frente a la discriminación; el derecho universal a la libertad sindical y la negociación colectiva, y garantías de salud y seguridad en el trabajo.
“Para todo ello Madrid necesita un cambio”, concluye Cedrún. “La economía madrileña, el empresariado y la clase trabajadora necesitan estabilidad para reconstruir la región. Es el momento de ventilar las instituciones regionales y de engrasar la democracia, de sentar otros cimientos y de arrancar un periodo de estabilidad con gobiernos limpios y de progreso”.
Y tenemos el reto de contribuir con toda la sociedad a un cambio de época en materia de igualdad, de superar el patriarcado como forma de organización social. Las brechas de todo tipo que mostramos y denunciamos constantemente y su manifestación sangrienta en la violencia machista son las consecuencias de ese modelo de desigualdad. Avanzamos mucho en el interno del sindicato en igualdad y al hacerlo mejoran todas las Comisiones Obreras. El mismo efecto tienen y tendrán los avances feministas en la sociedad. Es fundamental combatir todo intento de vuelta atrás.