“Que no sigan asesinando a las mujeres, que nunca dejen de revolotear las mariposas”
Cada 25 de Noviembre conmemoramos el “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer”. Es una jornada de denuncia, reivindicación y memoria. Porque las mujeres tenemos memoria. A pesar del empeño del patriarcado de silenciarnos y excluirnos de la Historia, es imposible ocultar el importante papel que las mujeres han representado en el devenir de la humanidad y su enorme talento como creadoras en el ámbito de las artes y la ciencia.
Hoy recordamos a la Hermanas Mirabal, conocidas como ‘las mariposas’, activistas por la libertad y asesinadas en la República Dominicana el 25 de noviembre de 1960 por orden del sanguinario dictador Rafael Leónidas Trujillo.
Minerva, Patria y Mª Teresa nacieron en el seno de una familia acomodada y tuvieron la oportunidad de formarse académicamente. Minerva, en concreto, se doctoró en 1952 en Derecho con “Magna Cum Laude”. Fueron encarceladas, torturadas y violadas en varias ocasiones, pero ni aun así conseguían apagar sus voces. Incluso se atrevieron a formar la llamada Agrupación Política 14 de Junio para hacer frente a la dictadura.
El dictador Trujillo no estaba dispuesto a consentirlo y ordena al Servicio de Inteligencia Militar que las asesine. Las engañan haciéndoles creer que las van a llevar a ver a sus esposos, que estaban en prisión, y les tienden una emboscada. El 25 de noviembre de 1960, tras ser torturadas, golpeadas y ahorcadas, las introdujeron en un coche que lanzaron por un precipicio para simular un accidente.
Nadie creyó esa versión y las Mirabal se convirtieron en un símbolo de lucha en su país y en todo el mundo. Están enterradas en la localidad de Ojo de Agua, en la provincia de Salcedo, y existe un museo dedicado a ellas. Una cuarta hermana Adela, Dedé, sigue reivindicando su memoria de forma incansable.
En diciembre de 1999 la Asamblea General de la ONU constituyó el 25 de Noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.
Las Mirabal dejaron seis huérfanos, a sus esposos viudos y a un país que las lloraba. No eran pobres, no eran hombres, no eran soldados, pero alzaron sus voces sin miedo, y hoy su memoria impulsa a millones de mariposas que luchan por seguir volando libres.
Pilar Morales Pacheco, Secretaria de las Mujeres de CCOO de Madrid