La buena educación: la excelencia está en la pública

Entrevista con José Antonio Expósito, director de La Musas, el instituto público madrileño donde se forman los alumnos con las mejores notas en la EVAU

El cien por cien del alumnado del IES Las Musas, en el distrito de San Blas, ha aprobado la selectividad durante la última década. Sus resultados académicos lo sitúan en el segundo puesto del ranking de los institutos públicos madrileños con mejor nota media y en el octavo si se incluyen también los privados y concertados, lo que significa medirse con los más de 600 centros de secundaria de la región.

En 2018, el número uno en la selectividad de toda la Comunidad se había formado en sus aulas. Este lunes 6 de julio comienza la EVAU en Madrid. Hemos hablado con José Antonio Expósito Hernández, director de Las Musas y artífice de un proyecto educativo excepcional, basado en programas propios que ha recibido numerosos premios. Considera que la selectividad “es una prueba memorística caduca y desfasada”

Texto: Alejandra Acosta Fotos: Fran Lorente Vídeo: Fran Lorente y Javier Cantizani

José Antonio Expósito señala reseñas de prensa que han citado el instituto

Las banderas de más de una decena de países ubicadas a la entrada del edificio principal, el amplio mostrador, las paredes de cristal de los despachos, la luz que entra del exterior y lo inunda todo y el sugerente nombre de Las Musas hacen pensar a la recién llegada que más que un instituto de secundaria parece uno de esos hoteles con encanto donde se va a disfrutar. “Las banderas son las de los países con los que hacemos intercambios”, aclara José Antonio Expósito, profesor de literatura, doctor en Filología, investigador y director desde hace un lustro de este centro educativo de titularidad pública en el que recaló hace más de 15 años. 

Lo que se encontró entonces, y reflejan las fotografías de la época, fueron unas construcciones lóbregas, con desconchones en las paredes, la pintura desvaída y un mobiliario que bien podría servir de atrezzo en la serie “Cuéntame”. El exterior era todavía peor. Se había convertido en un vertedero lleno de escombros, latas y utensilios viejos. Por si no bastara, el ambiente era desolador, marcado por la tragedia del asesinato de Susana Ruiz, hija del conserje del instituto y alumna del centro. Recuerda José Antonio que en una ocasión preguntó a una niña de 9 años que se había acercado al instituto con su hermana si ella también quería estudiar allí y le contestó que no porque le daba miedo el lugar. 

Pero todo eso es agua pasada. Las Musas, donde en la actualidad se forman casi 1.500 alumnos bajo el buen hacer de 95 profesores, ha recibido numerosos reconocimientos, entre ellos el Premio Nacional de Educación Vicente Ferrer 2019, el Premio Agente Tutor en favor de la convivencia, que les entregó Manuela Carmena, y acaba de ganar el Concurso Nacional de Jóvenes Investigadores en la categoría de bachillerato por la mejor investigación en ciencias, realizada por tres de sus alumnas. Y no será porque la Consejería de Educación se lo haya puesto fácil.

"Los resultados de este instituto público de la periferia son mejores que los de centros privados que cuestan más de mil euros al mes"

P.- José Antonio, ¿cómo se consigue una transformación tan espectacular?

R.- Antes de asumir la dirección del instituto yo había sido jefe de estudios de bachillerato y esa experiencia fue fundamental a la hora de enfrentarme al reto de transformar el centro desde el punto de vista educativo, por supuesto, pero también de la arquitectura y el diseño para conseguir el espacio digno que se merece la enseñanza. El primer paso fue configurar un equipo potente, sólido y comprometido porque un cambio de semejante calado nunca es obra de una sola persona, y entre todos pusimos en marcha el proyecto Educación Transparente. En él yo planteaba actuaciones que podían sonar extrañas, como tirar las viejas paredes y levantarlas de cristal para convertir las aulas en espacios transparentes y luminosos. Quería dar visibilidad a todo lo que se hacía en el interior del centro.

P.- ¿Visibilidad para quién?

R.- Sobre todo para las familias. Hay un porcentaje de éxito en la educación que se podría medir por el número de pisadas de los progenitores en el interior del instituto. Pero en secundaria no vienen mucho por aquí. No es un reproche. Es nuestra responsabilidad invitarles a colaborar en la formación de sus hijos e hijas en esta etapa tan importante y para ello es fundamental que sepan lo que hacemos. Los profesores no tenemos ningún miedo a que se nos vea enseñar. También difundimos en la web y en redes sociales lo que hacemos en las aulas y los padres se animaron a seguirnos. Nuestro proyecto les sorprendió muchísimo y el instituto empezó a cobrar otra dimensión. 

P- Las Musas tiene un proyecto educativo propio. Por ejemplo, el bachillerato de investigación, que no existe en ningún otro instituto madrileño.

R.- Tenemos un proyecto educativo propio porque la Consejería de Educación ha dicho siempre no a todas nuestras solicitudes. No al bachillerato tecnológico, no a ser un centro bilingüe, no a las enseñanzas STEM (ciencia y tecnología), no al bachillerato de excelencia… Nunca hemos sido agraciados. Nos quedamos fuera de todo y teníamos dos opciones, o bajar los brazos o sacar nuestros propios proyectos, y eso hicimos. Creamos el bachillerato de investigación sin el amparo de la Consejería. Es totalmente voluntario y no seleccionamos al alumnado por la nota. Les explicamos que van a tener que dar las clases de otra manera y se apunta el que quiere. Otros proyectos propios que hemos impulsado en estos años son las “Asignaturas cuatrimestrales”, que permite a las profesoras reducir a la mitad el número de alumnos que atienden semanalmente, ya que aumentan de 2 a 4 horas la carga lectiva de la asignatura durante un cuatrimestre; el de los “Alumnos mediadores”, cuyo objetivo es que los alumnos resuelvan sus pequeños conflictos diarios, o el programa de “Cooperación y voluntariado”, gracias el cual nuestros alumnos colaboran con una quincena de ONG. Todos estos proyectos gozan de una gran acogida y reconocimiento por parte de alumnos, familias y medios de comunicación.

“Creamos el bachillerato de investigación sin el amparo de la Consejería. Es totalmente voluntario y no seleccionamos al alumnado por la nota”

⇐ En la foto, José Antonio Expósito, en una de las plantas reformadas, donde prima la luz. En la planta superior el aspecto oscuro de las plantas aún no reformadas

P.- ¿Y en qué consiste?

Durante año y medio elaboran un proyecto de investigación, una especie de mini tesina que luego tienen que defender ante un tribunal formado por tres profesores del centro. Si la calificación es buena obtienen un incremento en su expediente. Les asignamos un tutor que les orienta y, lo más importante, conectamos al estudiante con un investigador de prestigio que le tutela. Hemos firmado acuerdos con las instituciones más sobresalientes en el campo de la investigación en España, desde el CSIC, CNIO o el Ciemat a la Agencia Aeroespacial, y también con hospitales como el de Getafe, con la Universidad de Estambul, la Universidad Complutense o el Instituto Cervantes de Moscú, entre muchos otros. 

P.- A todo esto, ¿la Consejería de Educación qué dice?

Hemos recibido numerosas felicitaciones en los últimos años, también de la Consejería, pero no se han traducido ni en más presupuesto, ni en más profesores, ni siquiera en más horas. Este tipo de proyectos requieren de un enorme volumen de gestión, desplazamientos, entrevistas y mantener el contacto con todas esas instituciones. Nadie te va abriendo puertas. Pero como no es un programa de la Consejería no recibimos ningún complemento, ni ninguna dotación adicional de recursos. Lo hacemos entre todo el profesorado sacrificando nuestro tiempo y recursos personales. Los profesores tienen que venir por la tarde y reunirse fuera de su horario. Pero ahí están los resultados, mucho mejores que los de centros privados que cuestan más de mil euros al mes. Ahora bien, aunque la vocación y la entrega están en el espíritu de la educación, este inmenso esfuerzo de la escuela pública por ofrecer una buena formación a los adolescentes hay que retribuirlo, ya está bien de altruismo. 

P.- ¿Y todos los profesores están dispuestos a ser tan generosos?

Al principio se sumaron muy pocos profesores, y no todo el mundo respaldó esta nueva forma de enseñar, pero la evidencia se impuso y en cada curso se han ido sumando más docentes. Actualmente todos los profesores de Las Musas participan en alguno de los muchos proyectos que tenemos en marcha. El profesorado de la pública es excepcional, está muy preparado y los buenos proyectos educativos son muy motivadores para los docentes. 

“Este inmenso esfuerzo que hacemos en la pública por dar una buena formación hay que pagarlo, ya está bien de altruismo”

P.- Las Musas tiene también un programa de intercambio internacional de estudiantes muy potente, a pesar de no ser un centro bilingüe

R.- Como se nos denegó el bilingüismo montamos una academia de inglés con clases por la tarde. Tenemos un acuerdo con Cambridge y somos centro examinador. Los títulos que obtiene el alumnado están homologados. Además, impulsamos un programa de intercambio escolar con numerosos países con el fin no solo de potenciar el aprendizaje de idiomas, sino de dar una dimensión universal a la educación. Conseguimos vuelos muy baratos y como los estudiantes se alojan en domicilios particulares, solo pagan los billetes de avión. Queremos que el intercambio esté al alcance de todos. 

P.- Comentaba usted que vienen impresionados respecto a los medios educativos con los que cuentan en los países que visitan

R.- Es que el contraste es enorme. Cuando vienen aquí estudiantes y profesores de Canadá, Alemania, EE. UU., Moscú o Francia se llevan las manos a la cabeza cuando se encuentran clases de inglés con 36 alumnos. No dan crédito. Ellos disfrutan de unos laboratorios de idiomas avanzadísimos, con clases muy reducidas. Es como estar en otro planeta. Y lo mismo sucede con las instalaciones. Tienen unos pabellones deportivos tan espectaculares que, en comparación, nuestro gimnasio parece un almacén de colchonetas. Esta es la realidad en nuestro país, y no hablamos de oídas. Nosotros visitamos esos centros educativos, vemos las aulas, cómo funcionan y cuáles son sus ratios. Estamos a años luz.

José Antonio Expósito en las gradas donadas por el Atlético de Madrid
"El Atlético de Madrid nos regaló 400 asientos del Vicente Calderón para nuestra pista deportiva"

P.- Al menos, puede presumir de tener 400 asientos del estadio Vicente Calderón en la pista polideportiva. ¿Cómo se hizo con ellos?

R.- (Risas) En cuanto me enteré de que íbamos a tener el Wanda Metropolitano en el barrio llamé a Enrique Cerezo para solicitarle los asientos del antiguo estadio. Primero me dijo que eran para los socios, pero enseguida accedió. Y por fin pudimos renovar las viejas gradas de hormigón de la pista deportiva. 

P.- El pasado año recibisteis el Premio Nacional de Educación Vicente Ferrer por un proyecto de otro de los programas específicos de Las Musas, el de cooperación y voluntariado

R.- Sí, por el de la expedición a la Amazonía. Lo planteamos primero como un sueño y conseguimos hacerlo realidad. Los alumnos viajan al Amazonas y se adentran en la selva hasta un poblado que han levantado mujeres indígenas. Se alojan con ellas y les enseñan cómo es la vida allí, cómo se construye una canoa y cómo se vive sin luz, sin móviles, sin Internet. Es el segundo año que lo organizamos y las solicitudes se han duplicado. 

P.- Este lunes comienzan en Madrid las pruebas de selectividad, a las que se presentan los alumnos de segundo de bachillerato, que no han podido ir a clases presenciales desde marzo

R.- La selectividad tiene un formato muy memorístico y ese tipo de preparación no la hemos podido completar en la tercera evaluación por razones evidentes. No es posible realizar exámenes memorísticos con el alumnado en casa porque copiarían. Y en este momento nos hemos dado cuenta de lo antigua y desfasada que están las pruebas de selectividad. Es un tipo de exámenes caduco, que pertenecen al pasado y que no sirve para medir las habilidades que los estudiantes necesitan para un futuro que ya está aquí.

Alumnado del IES Las Musas
"La pandemia ha hecho más visible las dos grandes carencias del sistema educativo: el hacinamiento y la falta de medios tecnológicos"

P.- ¿Qué tal ha sido la experiencia docente no presencial durante el estado de alarma?

R.- Durante la pandemia hemos sufrido más que nunca las consecuencias de las dos grandes carencias del sistema educativo en Madrid, el hacinamiento en las aulas y la falta de medios tecnológicos. La plataforma Educa Madrid no ha funcionado, se caía continuamente y cada centro educativo ha tenido que buscar por su cuenta una solución. Necesitamos una plataforma sólida. Si lo bancos la tienen, ¿por qué el sistema educativo no? Es una cuestión de inversión. Esta deficiencia provoca desigualdad porque hay centros que no tienen posibilidades y, por tanto, el alumno ya parte de una desventaja. No es lícito que cada centro se las apañe como pueda. En Las Musas cuento con un equipo de profesores muy implicados que cumplen muchas más horas de las recogidas en su horario lectivo para llegar a todo el alumnado, utilizando además sus propios aparatos tecnológicos, haciendo fotocopias y llevándolas a los domicilios de los alumnos y alumnas que no disponían de medios. Hemos hecho todo lo que hemos podido y los resultados han sido extraordinarios teniendo en cuenta lo complicado de la situación.

P.- ¿Y si contáramos con los medios tecnológicos suficientes la educación por vía telemática alcanzaría la calidad de las clases presenciales?

R.- La tecnología nunca podrá suplir la labor presencial del profesorado en el aula, y muchos menos cuando se trata de adolescentes. Captar la atención, el interés, generar empatía, esa proximidad que establece el profesor con sus alumnos, el diálogo cara a cara es imposible conseguirlo a través de Internet. Las clases presenciales son insustituibles. ¿Qué dirían de este disparate de clases online Sócrates o Platón, que enseñaban a sus discípulos paseando o bajo un olivo?

"¿Qué dirían de este disparate de clases online Sócrates o Platón, que enseñaban a sus discípulos paseando bajo un olivo?"
Parte del exterior del IES Las Musas, recuperado para el alumnado de ser una escombrera

P.- ¿Preparados para el próximo curso?

R.- Uno de mis temores es que empecemos el curso como si nada hubiera pasado. Es necesario estar preparados por si volvemos a sufrir un nuevo confinamiento. Hay mucha incertidumbre. En nuestro centro estamos barajando varias opciones, desde instalar cámaras en las aulas enfocadas exclusivamente al profesor para grabar las clases u organizar turnos para clases presenciales, pero para esta posibilidad necesitaríamos más profesores y no parece que vaya a ser así. Ahora es el momento de actuar, de realizar pequeñas obras en los centros, ensanchar algunas aulas, instalar cámaras en las clases y modernizar la infraestructura tecnológica. En todo caso, la línea la deberían marcar las autoridades educativas y no cada centro por su cuenta.