Tres meses después de que el pasado 15 de marzo se declarara el estado de alarma por la pandemia y las largas colas del hambre en Madrid dieran la vuelta al mundo, las redes de apoyo vecinales, que han asumido con una rapidez y eficacia ejemplar la distribución de alimentos y otros productos imprescindibles para la subsistencia, se declaran exhaustas
Recorrido fotográfico
por las colas del hambre de Madrid
por las colas del hambre de Madrid
Fotos: Fran Lorente
Barrio de Batán (Latina)
“Observé a un niño que no hacía más que dar vueltas por el exterior de nuestro local hasta que por fin se acercó y nos preguntó si regalábamos alimentos porque en su casa no tenían nada que comer”, cuenta Marisol Bogotá, voluntaria de la Asociación Alma Latina. La primera donación que recibieron fue la de un cargamento de 3.000 kilos de patatas. Se acabaron en tres días

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Una voluntaria de Alma Latina en la sede de la asociación, convertida ahora en almacén de comida

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Marisol Bogotá, en la pollería Albi, de Alberto Luque, en el Mercado de Alto de Extremadura. Es uno de los puestos que dona comida a la asociación Alma Latina

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Una voluntaria de la asociación Alma Latina organizando la entrega de alimentos

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Marisol Bogotá lleva alimentos a una familia del barrio que no puede desplazarse a por ella

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La pequeña Heily muestra los dibujos de su hermano Johan. Con el padre inmovilizado por una lesión en el pie y la madre a punto de dar a luz, fue Johan quien se lanzó a la calle a buscar comida

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Gente de todas las edades recibe comida de la asociación Alma Latina

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Una joven madre recoge comida en la asociación Alma Latina

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Gente de todas las edades recibe comida de la asociación Alma Latina

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Además de alimentos, la asociación Alma Latina distribuye libros y juguetes

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Además de alimentos, la asociación Alma Latina distribuye libros y juguetes

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La asociación Alma Latina organiza también actividades para los niños y las niñas del barrio

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Niños y niñas escriben mensajes en un mural durante una actividad infantil organizada por Alma Latina
Barrio de Aluche (Latina)
Aluche, el barrio donde se visibilizó la pobreza en España, “la madre de todas las colas”, como la califica Francisco Rubio, portavoz vecinal. La cadena, formada por cientos de seres humanos necesitados de comida se extiende a lo largo de un kilómetro y apareció en los informativos internacionales. La noticia no es solo el hambre, es el hambre en la comunidad más próspera de España, el hambre en la capital de un país rico, el hambre en el continente más opulento, Europa.

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Un voluntario de la Asociación de Vecinos de Aluche organiza alimentos en un aula de la sede

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Francisco Rubio, portavoz de la Asociación de Vecinos de Aluche recoge leche donada por una vecina

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Voluntarios de la Asociación de Vecinos de Aluche

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Cientos de personas acuden al reparto de alimentos en Aluche. Algunas hacen cola horas antes del reparto

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Cientos de personas acuden al reparto de alimentos en Aluche. Algunas hacen cola horas antes del reparto

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Cientos de personas acuden al reparto de alimentos en Aluche. Algunas hacen cola horas antes del reparto

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Cientos de personas acuden al reparto de alimentos en Aluche. Algunas hacen cola horas antes del reparto

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Cientos de personas acuden al reparto de alimentos en Aluche. Algunas hacen cola horas antes del reparto

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Cientos de personas acuden al reparto de alimentos en Aluche. Algunas hacen cola horas antes del reparto

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Cientos de personas acuden al reparto de alimentos en Aluche. Algunas hacen cola horas antes del reparto

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Cientos de personas acuden al reparto de alimentos en Aluche. Algunas hacen cola horas antes del reparto
Barrio de Valdezarza (Tetuán)
En el barrio de Valdezarza la iniciativa de amparar a las familias la lidera un grupo de jóvenes de entre 18 y 26 años. La idea partió del colectivo Saconia Insumisa, que creó la Despensa Comunal de Valdezarza. Son unos 250 voluntarios que se organizan a través de un grupo de WhatsApp y atienden a 180 familias.“Somos chavales del barrio que promovemos la ayuda mutua entre vecinos para que todos salgamos adelante e intentamos implicar también a quienes reciben la ayuda”, explica Lisardo Guzmán, un voluntario de 22 años.

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Interior del local de la Asociación de Vecinos de Valdezarza, local compartido con los jardineros del barrio, ahora convertido en despensa

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Voluntarios del colectivo Saconia Insumisa, que creó la Despensa Comunal de Valdezarza

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Cientos de personas hacen cola cada domingo frente a la sede de la Asociación de Vecinos de Valdezarza

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Cientos de personas hacen cola cada domingo frente a la sede de la Asociación de Vecinos de Valdezarza

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Cientos de personas hacen cola cada domingo frente a la sede de la Asociación de Vecinos de Valdezarza

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Unos 250 voluntarios atienden la Despensa de Valdezarza. Se organizan a través de un grupo de whatsapp y atienden a 180 familias

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Cientos de personas hacen cola cada domingo frente a la sede de la Asociación de Vecinos de Valdezarza

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La organización es horizontal: las personas que necesitan alimentos a la vez colaboran en la medida de lo posible en la recogida de los mismos

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Unos 250 voluntarios atienden la Despensa de Valdezarza. Se organizan a través de un grupo de whatsapp y atienden a 180 familias
El Pozo del Tío Raimundo (Vallecas)
La Asociación de Vecinos del Pozo, junto con la Fundación Eduardo Pérez de Carrera, distribuyen bolsas de alimentos. Antes de la pandemia repartían 267 bolsas de comida diaria, que se han incrementado en 100 durante esta emergencia. “Atendemos a mucha gente mayor y, desde hace un par de años, a muchas familias que se han empobrecido, porque la crisis de 2008 no ha remontado, es mentira. Son personas con vidas normales, que han vivido siempre de su trabajo y que no les queda más remedio que venir a pedir comida. Lo hacen con mucha vergüenza”, declara Gabriel del Puerto Cruz, presidente de la Asociación.

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La Asociación de Vecinos del Pozo del Tío Raimundo trabaja con la Fundación Eduardo Pérez de Carrera. Reparten desde hace años 267 bolsas de comida diaria, que se han incrementado en 100 durante la pandemia

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Los voluntarios ayudan a personas mayores y a familias que se empobrecieron ya en la crisis de 2008

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En las colas hay gente que ha vivido siempre de su trabajo y que ahora no le queda otra que pedir comida

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La Asociación de Vecinos del Pozo del Tío Raimundo trabaja con la Fundación Eduardo Pérez de Carrera. Reparten desde hace años 267 bolsas de comida diaria, que se han incrementado en 100 durante la pandemia

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“Lo que está ocurriendo es la prueba evidente del fracaso institucional de los Servicios Sociales”, afirma el presidente de la entidad vecinal

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La Asociación de Vecinos del Pozo del Tío Raimundo trabaja con la Fundación Eduardo Pérez de Carrera. Reparten desde hace años 267 bolsas de comida diaria, que se han incrementado en 100 durante la pandemia
Distrito de Moratalaz
La Despensa Solidaria de Moratalaz atiende a 146 familias integradas por 589 personas: 365 adultas, 224 menores y 35 bebés. Además de repartir todo tipo de productos básicos ha puesto en marcha los “moratabonos”, con los que la gente puede comprar alimentos frescos directamente en tiendas. “Esta red solidaria se remonta a 2008, aunque entonces la ciudadanía no salió a la calle a pedir comida porque la economía sumergida le permitía buscarse la vida, aunque fuera de forma muy precaria. El perfil no ha variado. Son los mismos pobres de entonces”, comenta Ana Mata, una veterana de la acción solidaria y reivindicativa en Moratalaz.

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Voluntarios y voluntarias de la Despensa Solidaria de Moratalaz

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La Despensa Solidaria de Moratalaz ayuda a 146 familias integradas por 589 personas: 365 adultas, 224 menores y 35 bebés

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Esta red solidaria se remonta a 2008, cuando estalló la crisis financiera

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Voluntarios y voluntarias de la Despensa Solidaria de Moratalaz. Muchas veces realizan jornadas maratonianas para preparar las bolsas que reparten entre las familias del barrio

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Mantiene contacto con otras asociaciones del distrito, como las de Apoyo y Caminar

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La gente necesita lo elemental para subsistir y lo necesita ya, no puede esperar

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Otra iniciativa solidaria son los “moratabonos”, con los que se puede comprar alimentos frescos directamente en las tiendas

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El voluntariado no puede suplir indefinidamente a las administraciones públicas

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Los alimentos han ganado el espacio en el local de la asociación a las zonas de ocio

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Voluntarias de la Despensa Solidaria de Moratalaz organizan la entrega, que se hace a domicilio

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Entre los beneficiarios hay población de etnia gitana, que subsiste de la venta en mercadillos, paralizados por la pandemia

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Organizan diferentes rutas por zonas

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Las peticiones de ayuda siguen aumentando, alertan las entidades vecinales

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“Ha quedado de manifiesto que los servicios sociales no existen en Madrid”, denuncia la voluntaria Ana Mata
Más en el reportaje
Entrevista: Ana González Blanco
Secretaría de Política Social y Diversidad de CCOO Madrid