“Indra ha puesto en peligro los puestos de trabajo con la excusa del COVID-19”
“No hemos notado ningún bajón en la producción a causa de la pandemia”, constata Iván Moreno, delegado de CCOO y electrónico de Indra en el centro de producción de Aranjuez. Sin embargo, la multinacional española, “una de las principales compañías globales de tecnología y consultoría”, según reza su web, que pertenece al Ibex 35 desde 1999 y con unos beneficios netos en 2019 de 121 millones de euros, intentó aplicar en marzo, sin causa que lo motivara, un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) y, además, recortar el sueldo a sus empleados aprovechando que el COVID-19 pasaba por aquí. No había lugar y los sindicatos lo han impedido.

Si hubiera un premio empresarial a la anticipación de lo que puede acontecer, Indra sería este año la primera nominada. La crisis sanitaria mundial provocada por el coronavirus no ha afectado por el momento a su producción, pero por si acaso, nada más aparecer en el horizonte el COVID-19, la empresa decidió el pasado marzo proponer un ERTE a una parte de la plantilla y recortar el sueldo al resto de los empleados. Y no es que ser previsor sea mala cosa, pero cuando se hace a costa de la subsistencia de miles de familias, el asunto se torna feo. Se trataría de una nueva modalidad que bien se podría denominar ERTE ‘por la cara’.
“Ni estamos parados ni hemos notado ningún bajón en la producción por la pandemia”
“El 80% de los contratos que tiene la compañía no corre riesgos porque ya están firmados, y de hecho los estamos haciendo”, asegura Iván Moreno, delegado de CCOO y electrónico desde hace 12 años en el centro de producción que la tecnológica tiene en Aranjuez. “El otro 20% son contratos que se van generando día tras día, y aquí es donde la empresa se podría topar con algún problema, pero hasta el momento, ni estamos parados ni hemos notado ningún bajón. Si la empresa necesitara un ERTE para salir adelante, los trabajadores seríamos los primeros en colaborar”.
Los principales accionistas de Indra son la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) y la familia March, con un 19% y un 11% de las acciones, respectivamente. En su web detalla unos ingresos en 2019 de 3.204 millones de euros e informa que tiene presencia local en 46 países y en otros 140 realiza operaciones comerciales. El pasado año obtuvo unos beneficios netos de 121 millones de euros, un 1,3% más que en 2018. La firma, presidida desde 2015 por Fernando Abril-Martorell, tiene 49.000 empleados en todo el mundo.
“Indra obtuvo en 2019 unos beneficios netos de 121 millones de euros, un 1,3% más que en 2018”
CCOO advirtió desde el primer momento que no iba a negociar bajo ninguna condición las pretensiones de la compañía. “No tenía lógica ninguna en estos momentos negociar una regulación de empleo que ni siquiera era de fuerza mayor debido al COVID, sino un ERTE en toda regla”, argumenta el representante sindical. “Y tampoco se nos pasó por la cabeza aceptar ningún recorte de las condiciones laborales y económicas de la plantilla cuando Indra tiene beneficios anuales millonarios. Se estaban riendo de nosotros, pero conseguimos pararlo. La acción sindical ha sido fundamental”.
Lavado de imagen
Contrasta la rapidez con la que actuó la compañía a la hora de adelantarse a supuestas coyunturas económicas, y lo poco despierta que anduvo a la hora de proteger la salud de sus trabajadores y trabajadoras. “El tema de la prevención ha dejado mucho que desear. La primera semana del estado de alarma trabajamos sin equipos de protección ni protocolos de seguridad. Por ejemplo, tenemos ordenadores que son comunes y cuyo teclado usamos varios trabajadores y ni siquiera teníamos gel hidroalcohólico para las manos. Estuvimos muy preocupados por nuestras familias”, recuerda Iván. “En estos momentos sí tenemos EPI, nos toman la temperatura antes de entrar e incluso en algunos centros están haciendo test rápidos”, aclara.
Se trataría de una nueva modalidad que se podría denominar ERTE ‘por la cara’
Una propuesta de CCOO, esta vez frustrada, fue la de que Indra contribuyera a la emergencia sanitaria fabricando pantallas protectoras y piezas para respiradores. “Tenemos tecnología para adaptar la producción, como han hecho otras empresas, pero nos encontramos con una negativa. Llama la atención que una compañía cuyo mayor accionista es el Estado no contribuya en una emergencia como la que estamos viviendo. CCOO difundió un comunicado al respecto en redes sociales, y al día siguiente Indra compró mil ordenadores para niños necesitados. Puro marketing para lavar su imagen”.
“Lo escandaloso no son tanto los sueldos de la cúpula como los seis millones que se reparten en bonos”
Con todo, el humor también ha tenido su hueco. La tecnológica que fabrica las tarjetas electrónicas que hace funcionar el Eurofighter Typhoon, el más moderno caza de combate, no consiguió llevar a buen término la primera videollamada de la reunión entre los representantes de la multinacional y los sindicatos, en la que participaban una treintena de personas. La tuvieron que posponer. Cosas del directo.
Bonos millonarios para la cúpula
Cuando Indra pretendía recortar los salarios de los trabajadores, el presidente y los consejeros se apresuraron a ponerse los primeros en la pira del sacrificio con un recorte salarial del 25%, que efectivamente se ha materializado. Suena bonito, pero no coló.
“Nos toman el pelo porque lo escandaloso no es tanto los sueldos de la cúpula como los seis millones de euros que se reparten en bonos. En vez de bajarse el sueldo que renuncien a los bonos y luego hablamos. Saben perfectamente que un recorte del 5% en un sueldo bruto de 19.000 euros, que es el salario medio en el departamento de producción, hace un roto considerable en la economía familiar”, señala el delegado sindical, que tiene tres hijos y a su pareja le han hecho un ERTE.
Todo esto ocurre en una compañía en la que el Estado es el mayor accionista. “El consejo de administración ha aprovechado que estuvimos unos meses sin gobierno y que a continuación nos ha venido esta crisis para hacer lo que les da la gana. De eso se valen”, critica Iván, que dedica duras palabras al presidente de Indra, Fernando Abril-Martorell: “En esta crisis ha demostrado una total falta de conocimiento del sector. No sabe gestionar y ha puesto en peligro a nuestras familias”.

“Una bajada del 5% en un sueldo bruto de 19.000 euros hace un roto considerable en la economía familiar”
“Abril-Martorell no sabe gestionar la empresa y ha puesto en peligro a nuestras familias”