“Los hospitales privados se enfrentan a esta crisis con un tercio del personal que los públicos”
“Esta crisis la vamos a superar porque el personal sanitario es una piña y saca adelante lo que haga falta”, afirma con determinación Samuel Mosquera González, un técnico especialista en medicina nuclear en una clínica privada de Madrid, en la que es además delegado de CCOO y presidente del comité de empresa.
Aunque su especialidad no le obliga a atender pacientes de Covid-19, desde el primer momento en que estalló la emergencia sanitaria, y cuando tiene menos actividad en su departamento, acude a echar una mano a sus colegas que atienden a personas contagiadas, que en este momento ocupan prácticamente todas las plantas de hospitalización de la clínica.
Si bien son los hospitales públicos quienes asumen el protagonismo en esta excepcional emergencia sanitaria, como no podía ser de otro modo, Samuel Mosquera vio venir desde el primer momento que los pacientes de coronavirus llegarían a los centros privados. Semanas antes de que la crisis estallara, el comité de empresa de CCOO, cuya representación sindical es mayoritaria entre una plantilla que supera los 200 sanitarios, mantuvo reuniones, solicitó formación para todo el personal y revisó si contaban con EPIs suficientes. Fue sobre todo a partir de que el Gobierno asumiera el mando único cuando los pacientes de Covid-19 empezaron a llegar a esta clínica privada.
“En la sanidad privada trabajamos con platillas mínimas y nuestras condiciones no tienen nada que ver con las de la sanidad pública”
“Quien niegue el papel de los sindicatos en este momento, y en cualquier otro, es que no tiene ninguna visión del mundo del trabajo”, afirma el sanitario. “Tuve un contacto en Twitter con un señor que decía que dónde estábamos los delegados sindicales. Le contesté que estamos trabajando, tratando pacientes, salvando vidas y, además, atendiendo las consultas de los trabajadores, apoyándolos, informando, calmado a la gente y dando soluciones a tantísimos problemas laborales que está ocasionando esta crisis”. También se siente dolido por el hecho de que los trabajadores de la sanidad privada sean “los eternos olvidados”.
“En la sanidad privada”, se queja, “sufrimos día a día recortes de personal, trabajamos con platillas mínimas y nuestras condiciones no tienen nada que ver con las de la sanidad pública. Nos enfrentamos a esta crisis con un tercio del personal con el que lo hace un hospital público y, sin embargo, mis compañeros me dicen que no se sienten reconocidos. En este momento no hay diferencia. Todos los sanitarios estamos haciendo el mayor esfuerzo posible para sacar esta emergencia adelante”.
“Fue a partir de que el Gobierno asumiera el mando único cuando los pacientes de covid-19 empezaron a llegar a esta clínica privada”
Cansancio y tristeza
La clínica en la que trabaja Samuel Mosquera tiene cinco plantas. Cuatro de ellas se han destinado a pacientes de coronavirus, y la quinta está “limpia”, como se denomina en el argot sanitario a aquellas que acogen a enfermos de otras patologías, como el cáncer, y que de ninguna manera pueden exponerse a riesgo de contagio. El agotamiento se refleja en los rostros del personal. Al acabar los turnos, sus caras exhiben las marcas de las mascarillas y de los asfixiantes equipos de protección, imprescindibles, pero incómodos. Cansancio y tristeza se acumulan según van pasando los días. “Yo hoy he salido con un poco de bajón porque me he enterado que una afiliada nuestra está ingresada en el Gregorio Marañón, muy malita”, cuenta Samuel.
“Quien niegue el papel de los sindicatos en este momento, y en cualquier otro, es que no tiene ninguna visión del mundo de trabajo”
A pesar de ser un sanitario experimentado le impresiona el comportamiento del coronavirus. “Hemos atendido a pacientes casi asintomáticos, pero al ver sus pulmones en las radiografías comprobamos que están afectadísimos. En 24 horas pueden pasar de leves a críticos y si no les entubamos los perdemos. Cuando esto sucede el paciente necesita un respirador sí o sí. La población debe concienciarse de que tiene que quedarse en casa y salir lo mínimo posible para evitar contagiarse o contagiar a otros”, insiste.
“Atendemos a pacientes casi asintomáticos, pero al ver sus pulmones en las radiografías comprobamos que están afectadísimos”
Menos monumentos y más hospitales
Samuel tiene claro que el elevado volumen de contagios y fallecimientos en España se debe en parte al deterioro de la sanidad, a la reducción de las plantillas y a lo mal tratados que están los profesionales sanitarios tanto en la sanidad pública como en la privada.
“La población debe concienciarse de que tiene que quedarse en casa y salir lo mínimo posible para evitar contagiarse o contagiar a otros”
“Todo esto pasa factura. Decimos que nuestra sanidad es una potencia mundial, pero llevamos una década recortando la sanidad pública y construyendo hospitales que entregamos a la gestión privada. Por eso la epidemia nos ha golpeado con tanta fuerza. Alemania tiene el triple de camas UVI. Algo tendrá que ver en que su tasa de defunción por coronavirus sea menor que la nuestra. Por tanto, menos monumentos y más hospitales y con más personal”.
“Alemania tiene el triple de camas UVI. Algo tendrá que ver en que su tasa de defunción sea menor que la nuestra”