Por Carmen Vidal, secretaria de Comunicación de CCOO Madrid ⇒
Acabar con las brechas para acabar con la feminización de la pobreza
Desde que nacemos, los roles y estereotipos de género marcan nuestras vidas de la peor forma posible. En este sentido, el rosa y el azul no son sólo dos colores porque están cargados de una simbología que nos delimita socialmente hasta la edad adulta.
Los sesgos empiezan ya en el colegio. Diferentes estudios demuestran que los roles de género se interiorizan entre los 3 y 5 años, y están plenamente arraigados a los 10. Se agrandan en secundaria, etapa en la que las mujeres se alejan definitivamente de las carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). El informe PISA lleva años analizando este fenómeno y alertando de la gran brecha de género que existe en la autoconfianza de ellas para las ciencias no sanitarias. Profesiones que hoy nadie discute que marcarán el futuro laboral y determinarán los nuevos repartos de poder del sistema económico, y en las que todo parece indicar que las mujeres serán una minoría.