Qué pasa con Madrid

La región más próspera de España es también la más desigual y segregada

La pobreza y la segregación en la región de Madrid se intensifican, los servicios públicos se deterioran, la desigualdad se acrecienta y el desequilibrio territorial se agrava. Y ello a pesar de tratarse de la región más rica de España y una de las más prósperas de Europa, que hace tiempo dejó atrás la recesión y crece por encima de la media nacional. ¿De dónde viene esta brecha intrarregional? ¿Cómo hacerle frente?

Texto: Alejandra Acosta // Fotos: Fran Lorente

¿Es posible corregir las perversidades de los planes urbanísticos que perpetúan la brecha entre el Noroeste de Madrid, por un lado, y el Sureste, por otro? ¿Hay alternativa a un modelo económico de baja fiscalidad que atrae inversión pero deja tirada a más del 20% de la población? ¿O el viejo muro invisible que divide la región y la capital en dos está cimentado y bien cimentado? Vayamos por partes.

La Comunidad de Madrid ocupa un territorio pequeño –8.000 kilómetros cuadrados– donde residen 6,5 millones de personas. Su Producto Interior Bruto (PIB) per cápita es de 34.916 euros, un 35% superior a la media del país, con una esperanza de vida que supera los 85 años, la mayor de Europa, según Eurostat, el Portal de Datos Abiertos de la Unión Europea.

Los más ricos de España…

De los diez municipios españoles de más de 20.000 habitantes con mayor renta anual per cápita siete son madrileños: Pozuelo de Alarcón, Boadilla del Monte, Las Rozas, Majadahonda, Torrelodones, Alcobendas y Tres Cantos. Todo un récord para una comunidad autónoma uniprovincial. Igualmente, en la lista de los diez barrios con la renta más alta por habitante aparecen siete localizados en la ciudad de Madrid: El Viso, Recoletos, Castellana, Piovera, Nueva España, Almagro y Niño Jesús-Los Jerónimos.

En cada hogar de Pozuelo entran anualmente de media 51.000 euros más que en uno de Parla. Con un simple garbeo por cualquiera de estas localidades y barrios se percibe el poderío económico. Proliferan las urbanizaciones cada vez más inexpugnables –como pueblos en el interior de otro pueblo, a modo de matrioshkas– en cuyo interior se resguardan auténticas mansiones rodeadas de inmensos y cuidados jardines, sus calles son espaciosas y están impolutas y bien iluminadas, abundan los parques infantiles y los coches de alta gama ‘crecen’ como hongos en un bosque después de una semana de lluvia. Algunos de los modelos aparcados en la calle el día que se realizó el reportaje fotográfico para este artículo cuestan entre 200.000 y 300.000 euros. Aquí una ardilla podría recorrer la zona de seto en seto e incluso de chapuzón en chapuzón de piscina en piscina, como Burt Lancaster atravesando a brazadas su acomodada urbanización en la película “El nadador”.

→→Fotos: La ciudad segregada Lo que sorprende no es tanto el alto nivel de vida –aunque sí el exceso y la ostentación– en una región muy atractiva para la inversión, en la que se concentra el 40% de los puestos de trabajo de más calidad de España, en la que se localizan las sedes de las empresas tecnológicas más punteras, de las grandes consultoras y multinacionales, que tiene quince universidades y que cuenta a su favor con el formidable potencial que supone albergar la capital del Estado. Lo que asombra, y escandaliza, es que toda esa enorme riqueza que genera esté tan rematadamente mal repartida, generando desigualdad se mire por donde se mire: de ingresos, tasa de paro y calidad del empleo, infraestructuras, nivel educativo y de acceso a servicios públicos y vivienda, transporte, limpieza, zonas verdes … Y hasta en esperanza de vida.

… Y los más pobres

Porque si en Madrid encontramos los pueblos y barrios más ricos de España, también algunos de los más pobres. San Cristóbal de los Ángeles, en el distrito de Villaverde, es el séptimo barrio más desfavorecido de los situados en las grandes zonas urbanas del país, con una renta media anual por habitante de 6.477 euros, cinco veces menor, por ejemplo, que la del barrio de Almagro (30.989), en el distrito de Chamberí. Todos estos datos están incluidos en los indicadores del proyecto Urban Audit, que recoge información sobre las condiciones de vida de las principales ciudades de la Unión Europea, y han sido publicados recientemente por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Barrio pobre de Madrid: San Cristobal industrial

San Cristóbal es uno de los barrios de la ciudad para los que CCOO ha planteado al Ayuntamiento intervenciones especiales. “Hemos reclamado escuelas infantiles, la mejora de servicios básicos como los de limpieza, y la revitalización del polígono industrial de Villaverde, pero en los últimos cuatro años tampoco se ha solucionado nada. Se ha seguido priorizando la almendra central. Los vecinos se sienten abandonados y están muy decepcionados”, asegura la secretaria de Coordinación de CCOO de la Comarca de Madrid, Isabel Rodríguez.

En barrios como éste nuestra ardilla tendría que recorrer los bloques de pisos sujetándose a los cables de luz y telefonía que cuelgan en completo desorden de sus deterioradas fachadas, sin más divertimento que olfatear la basura desperdigada en las calles o amontonada en torno a rebosantes contenedores.

Un edificio de viviendas en Parla

Si tomamos como referencia dos importantes localidades de la región, Pozuelo, situada al oeste, y Parla, en el sur, la brecha es sangrante, a pesar de que les separan sólo 36 kilómetros. Respecto a Parla, en cada hogar de Pozuelo entran anualmente de media 51.000 euros más; un jubilado/a de Pozuelo cobra de media 400 euros mensuales más de pensión y la tasa de paro en Pozuelo (6,30%) es casi tres veces menor que en Parla (17,30%). Otro dato que revela la radiografía socioeconómica de ambas poblaciones es el hecho de que la inmensa mayoría (79%) de la población escolar en Pozuelo curse la enseñanza obligatoria en un centro privado, mientras que en la de Parla el 85 % lo hace en uno público. El nivel educativo es siempre un indicador elevado en las zonas ricas. Así, Pozuelo registra la segunda mayor proporción de vecinos/as con estudios universitarios de toda España. Y aunque nadie discute que la educación pública es uno de los pilares fundamentales para la cohesión social y la lucha contra la desigualdad, en la Comunidad madrileña está siendo desmantelada.

A la cola en educación

“La educación en Madrid es una máquina de producir desigualdad social”, denuncia la secretaria general de enseñanza de CCOO de Madrid, Isabel Galvín. No exagera. Madrid es la comunidad autónoma que menos gasta por alumno/a, 4.593 euros anuales, la mitad de lo que destina el País Vasco (8.973 euros) teniendo Euskadi un PIB per cápita inferior al madrileño.

“La educación en Madrid 

es una máquina de producir 

desigualdad social”

Hay que aclarar que cuando hablamos del menor gasto en educación nos referimos al que sale de las arcas públicas. Porque resulta que las familias madrileñas son las que más gastan en la educación de sus hijos e hijas: un 57% más que la media nacional. Claro que es poco probable que el 46% de las familias que tiene dificultades para llegar a fin de mes, para encender la calefacción o para comprar carne y pescado, pueda reservar algo de presupuesto para reforzar la formación de sus hijos. De nuevo, la pobreza se hereda y perpetúa.

En un estudio paneuropeo de las capitales políticas o económicas de 13 de los países del continente, “Segregación socioeconómica en las capitales europeas”, Madrid figura como la más segregada de todas. El catedrático de Sociología Urbana de la Universidad Complutense, Jesús Leal, señala también la educación como uno de los factores principales que ha contribuido a ello.“La división brutal que tenemos aquí entre colegios privados y públicos es típicamente española y extremadamente madrileña. Fuera no te la encuentras. Hay que escarbar un poco para saber por qué llegamos a esto, y la Iglesia tiene mucho que ver”.

El acceso a la enseñanza superior tampoco es la misma para la gente del norte que para la del sur, ni el tipo de carrera, ni la posibilidad de entrar en una escuela de negocios o en una universidad privada. “Ya hay empresas que sólo contratan a quienes han pasado por esos centros privados”, observa Leal.

Políticas neoliberales

El secretario general de CCOO de Madrid, Jaime Cedrún, apunta a las políticas neoliberales del PP: “Están basadas en la desregulación y la mercantilización de los servicios públicos y han sido devastadoras para la clase trabajadora”. En términos de desigualdad, añade la secretaria sindical de Política Social y Diversidad, Ana González Blanco, “registramos valores muy superiores a la media nacional y que confirman que la riqueza que se crea se está repartiendo de forma totalmente desequilibrada e injusta”.

Personas esperando la apertura de un comedor social en Madrid

El Informe Socioeconómico realizado por CCOO de Madrid detalla que la tasa de pobreza en la región alcanza en estos momentos al 20,6% de la población y que hay 350.000 personas en situación de pobreza severa (150.000 son niños y niñas). “Hay un riesgo evidente de que esta grave situación se instale en nuestra sociedad como un componente estructural”, advierte Jaime Cedrún.

“Estamos abonando el terreno para que se incremente la violencia”, advierte Jesús Leal. “Una ciudad segregada a la larga crea conflicto”.

Sea como fuere, para entender el Madrid de hoy hay que remontarse al pasado y preguntarse cómo se ha construido y diseñado, quién decide y por qué, después de todo, esta cuestión es la más ideológica y la que más influye en la vida de los habitantes de un territorio, aunque rara vez se cuele en el debate público.

Camarero en la Plaza Mayor de Madrid

Frontera planificada

“Hay que ir hacia atrás”, propone el arquitecto Daniel Morcillo, ex concejal del del Ayuntamiento de Madrid y en la actualidad jefe del Departamento de Rehabilitación de la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo (EMVS). Retrocedemos bastante, hasta 1946, cuando se aprobó el Plan General de Ordenación Urbana, de Pedro Bigador.

Madrid encabeza la clasificación 

en un estudio de segregación 

en 13 capitales de Europa

El llamado Plan Bigador “fue el punto de partida del desequilibrio territorial de Madrid”, explica Morcillo. “La ciudad necesitaba entonces mucha mano de obra para poder desarrollar la economía a la que aspiraba la autarquía franquista. Pero el régimen no se fiaba de esa población y planifica una frontera tras la que ubica ocho poblados de manera que estén lo relativamente cerca de los lugares de trabajo, pero lo suficientemente aislados para poderlos controlar militar y policialmente. Y esa estructura se mantiene. No ha habido políticas desde la transición democrática que hayan contribuido a construir otro tipo de ciudad”. Y lo mismo pasa a nivel de la Comunidad. “Es como una superposición de planos. Cojas el que cojas encuentras desigualdad y desequilibrio territorial”, se lamenta.

Mapa del Plan Bigador (Fuente: Fernando Roch, «Un siglo de vivieda social 1903-2003», Ministerio de Fomento)

Jesús Leal también ve en el Plan Bigador el origen de la desigualdad que arrastra Madrid. “Ese Plan se va reforzando y Madrid crece en los años sesenta con una marcada diferencia entre el centro y la periferia, entre el norte y el sur, separados por una frontera invisible, la de la vergüenza”.

El catedrático de Urbanismo Fernando Roch expone en un artículo que el Plan Bigador sanciona dos estatutos diferentes de ciudadanía: “Así era posible, al mismo tiempo, la conservación del Madrid de siempre como un espacio libre de ‘contaminación social’ y la resolución del problema de dar empleo al creciente aumento de población modesta, como se decía eufemísticamente”. Está claro que la ciudad se diseñó considerando a esta población ‘modesta’ una amenaza para las clases altas.

Y aquí surge la pregunta de si los gobiernos de la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid, cuya obligación es precisamente gobernar, es decir, garantizar unas condiciones de vida dignas a toda la ciudadanía y un reparto justo de la riqueza, están dispuestos a hacer frente al inmenso poder del mercado capitalista y de las élites empresariales y financieras, y a promover un modelo económico y fiscal que no deje a más del 20% de la población completamente tirada. Hasta ahora ningún gobierno lo ha intentado.

Chamartín y Canalejas

“Siendo realistas”, esgrime Daniel Morcillo, “no estamos en un momento revolucionario como algunos pretenden, sino en un momento de expansión del capital”. Dos de las intervenciones urbanísticas previstas, la de Madrid Nuevo Norte (Operación Chamartín) y la de Canalejas son buenos exponentes de ello.

“Una ciudad segregada a la larga 

genera conflicto y violencia”

Morcillo califica de “error garrafal” del Ayuntamiento dejar que el sector privado colonice el entorno de la estación de Chamartín. “Le estamos regalando las plusvalías, porque no es solo lo que vale el suelo, sino el enorme valor añadido de esa ubicación, junto a las estaciones y a cinco minutos del aeropuerto, en un entorno donde se producen los grandes intercambios económicos”. El diario.es contaba recientemente en una noticia que ACS había obtenido una jugosa plusvalía de uno de los siete terrenos con los que el Ayuntamiento le había pagado en 2016 por las obras realizadas en el Paseo de la Dirección: la parcela, en una ubicación privilegiada, muy cerca de Plaza de Castilla, se tasó en 94 millones y la constructora lo vendió dos años después por 140 millones. No ha sido el único pelotazo. Y ahora ACS ha vuelto a hacer caja vendiendo otras cuatro parcelas más.

Terrenos de la Operación Chamartín

Para Jesús Leal, Madrid Nuevo Norte, con un millón de metros cuadrados de oficinas, va a poner la guinda al desequilibrio territorial de Madrid. “De nuevo se van a concentrar ahí los mejores empleos y las mejores oportunidades. Y ya hay un flujo brutal de vehículos del sur al norte por las mañanas y en sentido contrario por las tardes. Las carreteras están atascadas y el transporte público colapsado, lo que supone una inversión incalculable en tiempo perdido”. Otro récord para los madrileños del sur: son los europeos que más tiempo dedican a llegar a sus puestos de trabajo. Un tiempo que, como indica Daniel Morcillo, podrían dedicar a formarse, sindicarse o atender a su familia.

“Es un error garrafal dejar 

que el sector privado colonice 

el entorno de la estación de Chamartín”

Un turista frente a un cartel en el edificio Canalejas en el centro de Madrid

En cuanto a la Operación Canalejas, que va a convertir un espacio histórico del centro por excelencia de la capital en un exponente de lujo más exclusivo, Morcillo critica que los esfuerzos se centren en potenciar los servicios turísticos a coste de olvidar otros sectores de la economía. “Al nuevo Canalejas podrá entrar todo el mundo”, ironiza, “unos como curritos a poner las copas que otros se van a tomar, y no precisamente los madrileños de a pie”. Recuerda además que el modelo turístico de Madrid ha disparado los alquileres y ha conducido a la gentrificación del centro.

“El Plan de Ordenación Urbana de 1946 

fue el punto de partida del desequilibrio 

territorial de Madrid”

“Habría que empezar a pensar cómo desarrollar el sureste”, concluye. “Tal vez la Operación Campamento no sea tan descabellada. Reformulándola y con un buen planteamiento, e implantando determinadas estructuras económicas en el sur, se podría reequilibrar Madrid. Pero seguimos pensando que el desarrollo consiste es construir casas”.

Las reivindicaciones de CCOO en las comarcas

-Comarca Sur.

Raúl Cordero, secretario general: “Nos hemos convertido en un territorio abandonado por las políticas públicas y sin atractivo para el capital privado. La ausencia de un Plan Regional de Estrategia Territorial, atascado desde los años 90, ha entregado el desarrollo de la región a las inercias del mercado. Aquí se sitúan las dos ciudades madrileñas, Fuenlabrada y Parla, con la media de pensiones más bajas y con el mayor número de perceptores de la Renta Mínima de Inserción. Sin embargo, tenemos algunas de las ciudades más jóvenes de Europa, dos universidades públicas con varios campus y un enorme potencial de talento y capacidad de trabajo que podría despegar con inversiones públicas. El sur sigue manteniendo tejido industrial, puede liderar la transición hacia una economía descarbonizada y desarrollar con dignidad los sectores de cuidados y educación gracias a las necesidades de nuestro perfil de población”.

Los habitantes del sur de la región de Madrid son los europeos que más tiempo  tienen que gastar en llegar al trabajo

-Comarca Oeste.

Ramón González, secretario general: “A esta comarca pertenecen dos grandes municipios, Móstoles y Alcorcón, con muy poco tejido industrial en la actualidad. Ciudades que nacieron sin apenas planificación y que han repetido el error en los últimos desarrollos urbanísticos al construir sin prever dotaciones públicas básicas. El elevado precio de la vivienda provoca la expansión y el crecimiento de población, joven sobre todo, de pueblos como Arroyomolinos y Navalcarnero, una vez más sin dotaciones públicas y con serias carencias de transporte público. Este último grupo de municipios sufre una falta de inversión regional histórica, acentuada con los sucesivos gobiernos del PP, interesados en cubrir esa carencia de servicios públicos con negocios privados, en especial los de educación, sanitarios y asistenciales. Nuestra propuesta es crear un frente común de municipios con propuestas supramunicipales para equilibrar la desigualdad territorial planificada por la derecha regional”.

“Seguimos pensando que el desarrollo consiste en construir casas”

-Comarca Henares.

Vicente García, secretario general: “Lideramos el tiempo de demora en listas de espera en la sanidad, las tasas de abandono escolar y somos noticia diariamente por los atascos en las conexiones con la capital y por las incidencias en Cercanías. Siendo el Corredor del Henares uno de los principales ejes industriales, Alcalá adolece de un intercambiador modal de transportes, de un parque empresarial y de otras infraestructuras propias de ciudades de su tamaño. Seguimos esperando el prometido carril bus-vao y los apeaderos de Renfe que den servicio a los polígonos industriales donde trabajan miles de personas, como es el caso de Coslada y San Fernando. Y una vez más nuestros municipios repiten patrones de crecimiento que van a generar una nueva burbuja inmobiliaria intentando convertir suelo productivo en residencial”.

-Sierra de Guadarrama.

Pepe Guadarrama, secretaria general: “Esta comarca incluye algunos de los municipios más ricos de la región, como Pozuelo, con una renta disponible de 55.500 euros, pero no se libra de la desigualdad. Por ejemplo, en San Martín de Valdeiglesias la renta disponible apenas supera los 18.000 euros. Y hay localidades pequeñas como las de la Sierra Norte mal comunicadas y donde el empleo es extraordinariamente estacional y precario. Es urgente la puesta en marcha de iniciativas que generen actividad económica y puestos de trabajo para igualar las condiciones de vida de sus habitantes independientemente de cuál sea su lugar de residencia”.

-Comarca Las Vegas.

Jesús Quirós, secretario general: “Esta comarca ha sido abandonada por los gobiernos regionales. No hemos recibido inversiones. Desde algunos municipios no hay más opción que el transporte privado hasta llegar a localidades más grandes y la falta de infraestructuras es alarmante. En estas condiciones es difícil que las empresas se instalen en esta área regional. CCOO reivindica para esta comarca el desarrollo de la plataforma logística de Arganda del Rey y de los planes industriales de Aranjuez”.

OPINIÓN / JAIME CEDRÚN, SECRETARIO GENERAL DE CCOO DE MADRID

El coste de la segregación

La distribución espacial de nuestra región y de la ciudad de Madrid no es casual, sino que obedece a un modelo perfectamente pensado e impuesto por las élites del régimen franquista a finales de los años 40: el sureste de la ciudad y de la región para las clases obreras; el noroeste para una nueva clase de propietarios/empresarios, y el centro, para la histórica ‘alta sociedad’ madrileña al estar ahí concentrados ‘sus’ barrios desde el siglo XIX.

Esta estructura se ha consolidado y ampliado de tal forma que en la actualidad Madrid encabeza la lista de las capitales más desiguales y segregadas de Europa al conjugar en un mismo territorio elevados niveles de riqueza con bolsas de pobreza y de exclusión social. Es lo que ocurre cuando las políticas urbanísticas y de desarrollo de la actividad económica se dejan en manos de los intereses del capital. Veámoslo a través de una importante cuestión como es la vivienda pública. El 85% de la misma se ha concentrado durante las dos últimas décadas en el sudeste al no haber entrado en las consideraciones políticas el valor de la integración y la mezcla social.

El coste de la segregación no es sólo económico, también causa perjuicios en el orden social al favorecer la creación de guetos, un caldo de cultivo para los conflictos sociales y también para la aparición de formaciones de extrema derecha.

Los nuevos gobiernos regional y locales de la Comunidad de Madrid deberían recuperar el protagonismo de la gestión y poner en macha con carácter urgente políticas de reequilibrio territorial. El sur también existe y necesita inversión en infraestructuras tecnológicas y del transporte para atraer tejido empresarial. Sin olvidar el mejor antídoto contra la desigualdad: educación pública de calidad y apuesta por la investigación, además de abordar el nuevo desequilibrio de la región despoblada

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